Varios testigos contradicen hoy la versión del acusado del 'crimen del 7º piso'
La primera semana de vista oral que se celebra en la oficina del jurado del Palacio de Justicia de Valencia contra José Francisco Ll.E. como supuesto asesino de su esposa al arrojarla desde un séptimo piso se cierra con la comparecencia de algunos de los testigos más importantes del caso. Tras las versiones aportadas ayer por los agentes de policía que actuaron el día de los hechos (19 de octubre de 1999 en la calle Pepita Samper de Valencia) y miembros de la brigada judicial que realizaron la investigación, hoy es un día clave.
La madre de la víctima, una mujer octogenaria, costurera que ha perdido a su única hija y que no puede ver a su nieta desde que ocurrieron los hechos, ofrecerá al jurado una versión diferente sobre la relación de la pareja a la que relató el acusado. Ella, entre otras cosas, probará que el descapotable con 30 años que el imputado dijo haber comprado a su mujer como muestra de satisfacción de sus caprichos lo pagó de su bolsillo. La madre de la víctima explicará que su hija y su nieta hacían vida en su casa: comían, cenaban, la niña recibía en su domicilio las clases de piano y sólo ocasionalmente dormían todos en la casa que el matrimonio tenía en Castellar. La madre de Josefa P. nada sabe de lo que pasó el día de los hechos pero sí de que él no hacía feliz a su hija, que la ignoraba y que el último fin de semana vio en él un cambio inusual -cuyo detalle más destacable fue por primera vez recogió la mesa después de comer- que relaciona con que ya sabía que ella se quería separar.
Miedo
El abogado con el que contactó la víctima detallará al jurado la actitud de miedo con la que Josefa abordó el momento en el que iba a comunicárselo a su esposo pero también cómo se fio de él. Antes de hablar con su marido sobre la separación, Josefa P. retiró de una caja fuerte que había en el domicilio alrededor de 20 millones de pesetas por si acaso él reaccionaba mal. Como no fue así y el ahora acusado -según testimonio de amigas y letrado- se mostró colaborador, cambió su actitud y ofreció a su mujer un piso de la finca de la calle de Pepita Samper para ella y la niña, Josefa volvió a poner el dinero en la caja fuerte y comunicó al abogado que su marido había reaccionado muy bien. Las amigas, entre ellas la esteticista que ha presentado dos denuncias de amenazas de parte de la hermana del acusado, darán al jurado detalles sobre la soledad y tensión que encerraba la pareja.
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