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Carod propugna para Cataluña un gobierno de progreso como los de Aragón o Baleares

El giro de Esquerra Republicana, acogido con críticas desde Convergència i Unió

En Esquerra Republicana soplan vientos de fronda. El pasado domingo, en Caldes de Malavella (véase EL PAÍS del día 4), Carod lanzó la primera señal: su formación quería ser el ingrediente necesario en un futuro gobierno de izquierda en Cataluña. El líder de ERC auguró que CiU pasará a la oposición tras los comicios y que eso supondrá, después de más de 20 años de gobierno, una ' medida higiénica'.

Carod quiso ayer remachar el clavo y abogó por ' un gobierno que se exprese en clave de progreso del centro a la izquiersa, pero también con la presencia del catalanismo político, que no es otro que ERC'. El líder independentista precisó: '[Tras los comicios] la primera negociación la haremos con la fuerza política con más escaños, pero no descartamos negociar con la segunda; eso es lo que ha pasado en Aragón y en Baleares cuando un conjunto de fuerzas políticas se han puesto de acuerdo para formar un gobierno de renovación política, y ese gobierno, en Cataluña, sólo sería posible con la presencia de Esquerra'.

'No estamos a favor de hacer frentismos, ni de izquierdas ni catalanistas, pero constatamos que los planteamientos de acuerdo de CiU con el PP nos alejan mucho de ellos y, aunque serán los votos los que configurarán el panorama, ya podemos decir que veríamos bien que los convergentes se fueran a la oposición', abundó ayer Josep Huguet, dirigente de ERC.

Las manifestaciones de la cúpula de ERC suponen un punto de inflexión en la trayectoria de la formación independentista, que ha pasado de propugnar un pacto con CiU, en el verano pasado -con motivo de la conferencia nacional de ERC-, a proponer ahora un acuerdo con la izquierda. Un dirigente de ERC ha señalado: 'Para nuestra militancia sería muy difícil entender que apoyáramos a CiU después de 20 años de gobierno'. Pero lo que para la cúpula de ERC es una oscilación táctica, para los restantes partidos es la pérdida de la equidistancia.

El nuevo rumbo de ERC suscita fobias y filias. Ayer contrastaba el entusiasmo y la comunión de ideas con Carod que exhibía el portavoz del Grupo Socialista, Joaquim Nadal, con el espíritu crítico de que hacía gala el líder de Unió (UDC), Josep Antoni Duran Lleida.

Satisfacción socialista Nadal parafraseó a Carod y pronosticó que socialistas y republicanos, junto con IC-V, comparten el diagnóstico de que es necesario un cambio de gobierno en Cataluña y se mostró seguro de que el 'clima político actual es propenso' al entendimiento entre estos tres partidos. En este sentido, Nadal se mostró abierto a la posibilidad de que los socialistas se abran a fin de 'dar un acento progresista' a su propuesta de alternativa para acercar su proyecto a republicanos y a ecosocialistas. 'Ya no es una cuestión de clima político, sino de higiene gubernamental y de salud de gobierno y del país', insistió Nadal, quien subrayó 'las hipotecas' que arrastra el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, debido a su alianza con el PP y al 'bloqueo' de su actividad política.

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Duran Lleida, por su parte, subrayó que Carod Rovira 'es libre de optar por la estrategia que le parezca más conveniente, y así avalar a un partido socialista con un candidato [Pasqual Maragall] que un día sí y otro también realiza propuestas erráticas y contradictorias'.

Josep Lluís Carod.
Josep Lluís Carod.ARDUINO VANNUCCHI

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