Seis meses de cárcel para un recluta que se durmió en una guardia

Pese a la contratación de empresas privadas para vigilar algunas instalaciones militares, los tribunales castrenses siguen aplicando con todo rigor las normas que castigan a quienes incumplen sus obligaciones como centinelas.

La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ratificó el pasado 27 de abril la condena de seis meses de cárcel que el Tribunal Militar Territorial Cuarto impuso al soldado de reeemplazo I. L. R. por un delito de abandono del puesto de centinela. El soldado se encontraba de guardia en la base de Castrillo del Val (Burgos) cuando, sobre las 6.30 de la mañana del 27 de mayo de 1998, abandonó su puesto en la garita y se dirigió al cuerpo de guardia, donde fue sorprendido durmiendo una hora después.

Aunque el facultativo que declaró en el juicio admitió que 'es posible que el acusado se encontrara indispuesto tras la actividad desarrollada en días anteriores', la sentencia agrega que no se ha determinado 'ni la existencia propiamente ni la magnitud apreciable de dicha indisposición' y subraya que, en vez de avisar si se encontraba enfermo, se marchó incumpliendo 'las obligaciones específicas de la trascendental misión del centinela'. I. L. R. ya sufrió un arresto de 30 días por estos hechos.