The Cult regresa con un nuevo trabajo tras siete años sin grabar
'Beyond good and evil' marca la recuperación del tándem británico
Nacidos como Southern Death Cult y luego Death Cult, Astbury y Duffy han escrito una de las páginas más interesantes del rock a la americana que se llevó a mediados de los ochenta. Para el primero: 'Siempre hemos estado muy influidos por el blues, que es el antepasado del rock y que enseguida llegó a Inglaterra. Hay muy pocas grandes bandas británicas que no tengan influencia americana del rock más clásico; es decir, de la fusión entre la melodía blanca y el ritmo negro. Para mí eso no es problema. Yo crecí escuchando indistintamente ambas músicas'.
Rock con tintes góticos y oscuros al principio y más pesado y estándar al cabo del tiempo, The Cult tuvieron su momento de gloria con los álbumes Love, de 1985, y Electric, 1987, pero los años noventa les sumieron en cierto despiste estético y el público dejó de comprar sus discos en 1995. Astbury recuerda: 'Lo dejamos por la presión que había alrededor de The Cult. Pero después de dos años, Billy y yo hablamos de la posibilidad de reunirnos de nuevo. Teníamos ganas de hacer buen rock and roll y, de cualquier modo, The Cult había sido una de las más grandes bandas de la historia. Nos volvimos a ver de nuevo en Los Ángeles en el 99, pasamos juntos un tiempo y un buen día pensamos que estábamos preparados para volver y hacer un nuevo disco'.
Según el solista, este regreso no se debe a temas económicos, ni de nostalgia: 'Son muy respetables esas grandes bandas de los ochenta que se reúnen para actuar y hacer exactamente lo mismo que hacían antes, pero nosotros queremos dar algo fresco. Estos siete años separados han pasado rápido y fue muy enriquecedor volver a empezar otra vez y pasarnos un par de meses dando conciertos en Suráfrica y en Europa'.
Beyond good and evil supone una vuelta al sonido ciento por ciento Cult con incursiones en géneros actuales del rock duro, como el stoner o el metal industrial. Para el guitarrista Billy Duffy, 'el sonido de las guitarras y el carácter pop de las composiciones recuerdan a lo que hacíamos en el 84 y 85. Hemos trabajado muchísimo más las voces y pensamos que es un pop excelentemente cantado. Recupera un poco ese ambiente espacial del sonido de los primeros discos'.
Pero en las letras de temas como Black California y American gothic se aprecia una intención renovada: 'Sobre todo en América puedes encontrar a muchos chavales que se sienten constantemente perdidos y cabreados. Por eso les gustan tanto grupos como Limp Bizkit; porque el contenido de sus letras suele ser, fundamentalmente, '¡fuck you!' o del tipo 'no hay solución para nada'. La mayor parte de las canciones de este disco tratan de aportar un punto de vista positivo'.
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