Se entrega uno de los seis niños atrincherados en Idaho
Benjamin McGuckin, uno de los seis chicos encerrados en una cabaña de Idaho sitiada por la policía, decidió ayer entregarse. Benjamin, de 15 años, era considerado como el jefe entre los hermanos y fue quien gritó 'a las armas' cuando vio acercarse a los hombres del sheriff. Pero los demás McGuckin, de entre ocho y 16 años, no quisieron seguirle. El asedio comenzó el martes. La madre, JoAnn, fue detenida ese mismo día por supuestos maltratos a sus hijos y la policía intentó trasladar a los muchachos a una institución asistencial. Pero los chicos, que no van a la escuela y se alimentan desde hace años de hierbas y de lo que cazan, se atrincheraron en la cabaña. El padre padecía esclerosis múltiple y falleció recientemente de hambre y sed, según el forense. La madre, de 46 años, es alcohólica y sufre delirios paranoicos: cree que el Gobierno federal envenenó a su marido.
Benjamin mostraba síntomas de desnutrición, según los médicos, pero no tuvo que ser hospitalizado. La policía afirma que es un lector habitual de prensa cercana a las Milicias, los movimientos racistas y enemigos del Gobierno de Washington que abundan en los Estados rurales del Oeste. Los otros chicos han sido identificados como Kathryn, de 16 años; Mary, de 13; James, de 11; Frederick, de nueve, y Jane, de ocho. Ayer recibieron agua y comida, proporcionadas por un vecino con permiso del sheriff. Otra hermana, Erina, de 19 años, que meses atrás huyó de casa tras una discusión con su madre, intenta mediar entre la policía y los encerrados.