La Eurocámara no recomienda a los Quince aprobar el Tratado de Niza

En el documento aprobado, la Eurocámara 'lamenta profundamente que el Tratado de Niza sólo haya dado una respuesta tímida, y en algunos casos insuficiente', a los problemas planteados, como el nuevo sistema de toma de decisiones en el seno de la Unión, 'más confuso y menos transparente' que el hoy vigente. Ese sistema (contempla un complejo de triples posibles mayorías) 'no aporta ninguna mejora y suscita graves preocupaciones respecto a su funcionamiento en una UE de 27 Estados', agrega el informe.

Por ese tipo de críticas, la Eurocámara no recomienda a los Parlamentos nacionales que ratifiquen el Tratado de Niza. Tampoco hace lo contrario, pero, en todo caso, es la primera vez en la historia de la Unión en la que el Parlamento Europeo no pide explícitamente a los Quince que ratifiquen un tratado de la Unión.

Fiscal europeo

Sobre cómo debe ser en el futuro la UE, el documento señala que hoy existe 'una duplicación de estructuras innecesarias', dado que en el Consejo existe el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común (Javier Solana), y en la Comisión, el comisario de Relaciones Exteriores (el británico Chris Patten). Por eso, propone que haya un solo cargo con esa cartera 'en manos de un vicepresidente de la Comisión'. Asimismo, la Eurocámara apuesta por la creación de un Ministerio Público europeo y por la designación de un fiscal europeo encargado de perseguir el fraude contra intereses financieros de la Unión.

La Eurocámara se suma así al debate abierto este mes por el Partido Socialdemócrata alemán (SPD), del canciller Gerhard Schröder; el primer ministro francés, Lionel Jospin, y el presidente de la Comisión, Romano Prodi.

Buena parte de la discusión se centra en qué entiende cada cual cuando habla del futuro 'federal' para Europa. Así, el ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, y el SPD dibujan una Europa federal con un reparto de competencias muy similar al propio sistema alemán. En esa Europa, los Estados serán similares a los länder alemanes, mientras el actual Consejo de la UE se asemejaría, como segunda Cámara, al Bundesrat alemán. La legitimidad del Ejecutivo comunitario provendría del Parlamento. Bélgica y Holanda apuestan por una fórmula similar.

Jospin no rechaza el término 'federal', aunque, en contra de las tesis alemanas, opta por 'un proceso progresivo y controlado para compartir o transferir competencias a la Unión'. En ese caso, dice el líder socialista francés, hablamos de la 'federación de Estados-nación', fórmula acuñada en su día por Jacques Delors, ex presidente de la Comisión. Para la Eurocámara, las propuestas federalistas pueden ser 'impracticables', según el texto aprobado ayer, porque haría saltar por los aires el actual equilibrio institucional y daría paso 'a un sistema de tres Cámaras'. El primer ministro británico, Tony Blair, ha reiterado que rechaza la idea de 'un superestado europeo' y prefiere hablar de una 'superpotencia europea'.

Las apuestas por una Constitución europea son rechazadas por el Reino Unido y los países nórdicos. Tampoco en Londres se ven con buenos ojos el apoyo francés y alemán por el desarrollo de una política exterior y defensa de la UE, o la creación de un 'Gobierno económico' de la Unión por el que apuestan Jospin y Prodi. Otro elemento polémico es la idea de Prodi de crear un impuesto en la UE para financiar sus presupuestos.