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BBVA y BSCH fusionan sus plataformas para el uso del teléfono móvil como medio de pago

Los dos bancos y sus socios, Telefónica y Airtel, invitan a sus competidores a sumarse al pacto

Íñigo de Barrón

Las dos grandes operadoras de telecomunicaciones y los dos bancos más importantes de España se han puesto de acuerdo para unir sus fuerzas en el pago por móvil. Por una vez, y sin que sirva de precedente, han aparcado su feroz competencia para establecer un sistema común de pagos, que les generará importantes comisiones a los socios financieros y un incremento de la facturación para los operadores. El objetivo es que cualquier cliente de teléfonos móviles -sea de la compañía que sea- pueda realizar un pago directamente contra su cuenta corriente, independientemente del banco o caja de ahorros con el que trabaje.

La utilización de este sistema irá en detrimento de las tarjetas de crédito y débito, ya que éstas son las más utilizadas para los pequeños pagos en comercios, restaurantes, gasolineras e Internet. De una manera u otra, el acuerdo, que los socios harán público próximamente, obligará a un reposicionamiento en el sistema Servired -controlado por BBVA y La Caixa- y 4B, controlado por BSCH y Popular.

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Evitar errores pasados

El primer paso para alcanzar este objetivo lo han dado los dos grandes grupos que más dinero habían comprometido en este tipo de proyectos. Telefónica y su socio, el BBVA, junto con Airtel (Vodafone) y el BSCH, han acordado una alianza para que sean compatibles los sistema de Móvil Pago, de los primeros, con Pago Móvil, propiedad de los dos últimos. La banca no quiere repetir la historia de la tarjeta monedero, sistema para pagos de pequeña cuantía, que por tener sistemas tecnológicos incompatibles, fue un fiasco y fuente de importantes pérdidas en el sector.

A partir de ahora, los técnicos trabajarán en común para rehacer los sistema creados por cada parte y establecer lo que se denomina 'un estándar tecnológico común'. No tienen tiempo que perder, ya que el calendario impuesto en la propia alianza establece que las pruebas piloto deben realizarse a comienzos del cuarto trimestre de este año. Si todo va bien, los clientes deberían disponer de este sistema de pagos para diciembre o comienzos del 2002, a más tardar.

Es la primera vez que se produce una alianza de estas magnitudes en el mercado español. La cifra que mejor refleja el alcance de este acuerdo es el número de clientes: entre las cuatro empresas implicadas suman un total de 41 millones de clientes. Telefónica Móviles cuenta con 15 millones en España, Airtel con siete millones, el BBVA dispone de nueve y el BSCH de diez, aunque obviamente, muchos de ellos se solapan.

En principio, la alianza echará a andar con estos cuatro integrantes, pero fuentes cercanas a la operación afirman que, en poco tiempo, deben ser más. Los primeros invitados serán Amena, entre los operadores, y Caja Madrid, el Banco Popular y La Caixa, como entidades financieras. El objetivo es que, una vez consolidada una plataforma importante de entidades, se simplifique al máximo la incorporación de cualquier otro operador, banco o caja. Con esta condición, la alianza cumple con un requisito del Tribunal de Defensa de la Compentencia que, en noviembre, estableció que Movilpago debía estar abierta a cualquier operador y agente financiero.

Con este giro estratégico, La Caixa, que dispone de un sistema propio, deberá abandonarlo para incoporarse a la nueva plataforma. También es una manera de ocupar el terreno de cara a la llegada de otros sistemas internacionales, que, tras este acuerdo, tienen muy difícil conseguir el éxito en España.

Este proyecto comtempla exportar el modelo a América Latina, unos meses después de su implantación en España. De los cuatro socios iniciales, tres de ellos están muy implantados en Latinoamérica: Telefónica, BSCH y BBVA.

Los promotores de este acuererdo creen que el pago a través de teléfono móvil 'será de una máxima aceptación entre la clientela' porque facilitará la vida cotidiana de los ciudadanos. Aunque existen varias posibilidades, el sistema elegido para pagar podría ser así: en el momento de pagar, el cliente teclea desde su móvil la cuenta del restaurante y a éste se le abona la factura con cargo a la cuenta del propietario del terminal. Inmediatamente, el restaurante recibe un mensaje en su teléfono, comunicándole que le ha sido abonada la factura.

Los jóvenes y el mundo de Internet también son dos nuevos objetivos de este sistema de pagos. A nadie se le escapa que es una forma de bancarizar estos segmentos, que en muchas ocasiones van de la mano.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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