El triángulo imparable

La electricidad es el bien más preciado estos días en California. Sin previo aviso los apagones sorprenden a su acalorada población que mira de reojo el aparato de aire acondicionado ante el temor de un nuevo corte. Escasea la energía en el Estado Dorado, los megavatios están racionados, se aproxima un largo y cálido verano. Pero no hay apagones en el juego de los Ángeles Lakers. Saltan chispas cada vez que saltan a la pista, les sobran los megavatios. Desde el pasado 1 de abril no pierden un partido. Ocho de liga regular, 3-0 a Portland en primera ronda de play off, 4-0 a Sacramento Kings y 4-0 a San Antonio en la final de conferencia...

Desde que empezaron los play offs, el técnico del equipo, Phil Jackson, escribe una cifra en la pizarra del vestuario. Se trata de una cuenta atrás, el número de partidos que restan para ser campeón. Nada más acabar el cuarto ante los Spurs (victoria por 29 puntos) escribió el número 4: el mínimo de partidos necesarios para ser campeón. Si no falla en los pronósticos sería el primer equipo que logra un título sin perder ningún partido en las eliminatorias finales. El entrenador suma 147 victorias y 39 derrotas en play off, el mejor balance de la historia. Ha ganado las últimas 15 series que disputado.

¿Dónde han quedado los celos y resentimientos entre Shaquille O'Neal y Kobe Bryant? ¿Qué ha pasado con las críticas del técnico a Kobe y las acusaciones de presunto sabotaje de partidos cuando el alero jugaba en el instituto? Eso sólo Jackson lo sabe. El entrenador que confesó allá por marzo su propia frustración por no poder domar a la pareja, ha salido de nuevo victorioso. Los desencuentros con Bryant ya son historia pasada: 'No hay mejor entrenador que Phil en la Liga, es el mejor que he tenido en mi vida', reconoce el antiguo rebelde. El triángulo Jackson- O'Neal-Bryant es otra vez equilátero.

Las dos estrellas del equipo conviven de nuevo en paz. Han encontrado su rol dentro del equipo. Batman y Robin: un superhéroe que necesita un escudero a su lado para acabar con los malhechores. Shaquille y Kobe intercambian los papeles según la estrategia defensiva que utilice su rival. En caso de que no haya dos contra uno contra O'Neal, tal como ocurrió al comienzo de la serie ante Sacramento, el pívot es el hombre murciélago y el alero, su fiel ayudante. El resultado son dos partidos consecutivos con el gigante encima de los 40 puntos y 20 rebotes. Los Kings rectifican y cierran más su defensa sobre el gigante, idóneo para que Bryant despliegue su arsenal de lanzamientos y penetraciones: sus 36 y 48 puntos ponen la puntilla al rival.

Y aún queda la tercera vía, tanto monta, monta tanto. En el encuentro del viernes ante los Spurs, 36 sumó Kobe y 35 Shaquille, 71 puntos. Los jugadores más decisivos de la Liga lograron tan sólo un punto menos que San Antonio y no cesan de lanzarse elogios, todo son buenas noticias en los Lakers.

Pero aún hay más. Derek Fisher se ha ganado la confianza de Jackson. No le gustan los bases bajitos pero al fin ha claudicado. Una lesión le impidió participar en 62 partidos de la Liga regular. No podía correr pero sí lanzar. Más de una noche los guardias de seguridad de la pista de entrenamiento le dejaban las llaves de la cancha mientras lanzaba una y otra vez. Nunca había estado tan certero como ahora, casi 12 puntos por partido. Ayer logró 28 ante los Spurs.

¿Qué equipo ha mostrado tanta superioridad en unos play off cómo estos Lakers? Filadelfia Seventy Sixers, en 1983, Milwaukee Bucks, en 1971, Minneapolis Lakers, en 1953. Eran otros tiempos. Pero hay un ejemplo reciente, Chicago Bulls en 1996 ganó 72 partidos de Liga regular y sólo perdió 3 partidos en las eliminatorias. 'Jugamos mejor que los Bulls', afirma Horace Grant, actual ala-pívot de Los Ángeles y ganador de tres anillos con Chicago.