Carta al abogado de un insumiso

Querido Rafael Ibáñez, abogado defensor de nuestro hijo Rafael Falcón Lahera:

Si hay una condena por insumisión a nuestro hijo, deben condenarnos a nosotros por inducción al supuesto delito, con el agravante de haber inducido también a muchos otros jóvenes, aunque no se hayan hecho insumisos, porque casi durante 30 años hemos estado educando a nuestros alumnos, como maestros que somos, en la cultura de la paz, la tolerancia y el diálogo.

Cuando nuestro hijo nos comunicó, hace seis años, su decisión de hacerse insumiso, le quisimos persuadir de que lo hiciera, de que la concepción del Ejército había cambiado, de que en nuestra España democrática teníamos un Ejército que se comprometía con sus aliados en labores humanitarias en un contexto internacional. Sin embargo, nuestro hijo nos insistía en que seguían siendo injustas las estructuras militares internacionales, más al servicio de un poder económico que de un ideal humanitario. Él, como tantos otros, tenía razón y lo hemos visto después muchas veces desde que él tomó aquella decisión. Estamos convencidos de que nuestro hijo, como otros muchos jóvenes encarcelados por insumisión, no es un delincuente. Con su compromiso político, con su trabajo en labores humanitarias, con su prestación social permanente, y no sustitutoria, es un ser útil y necesario para nuestra sociedad.

Te agradecemos, Rafael, el papel que generosamente has asumido al defender a nuestro hijo y deseamos que sea el último al que tengas que defender por esta causa.