Reventa de pisos de protección oficial
Llevamos cuatro meses buscando vivienda en Madrid porque en octubre nos casamos.
Buscamos nuestro primer piso y por ello hemos pagado muchas novatadas. Hemos aceptado los muchos y duros reveses con no poca deportividad: precios disparatados, mercado enloquecido, vil especulación, publicidad engañosa...
Ni nueva ni vieja, ni buena ni mala, ni cercana ni lejana, ni cara ni barata, ¿barata?... Las pocas expectativas se esfumaron para dejar paso a la más profunda y decepcionante resignación. Nuestra economía es suficiente para llevar una vida digna en familia, sólo suficiente, lo justo. Eso ya es una suerte que muchos, por desgracia, no comparten.
Pero no me quejo de eso. Me quejo de la inoperante, injusta, ciega, ilegal, gravosa, política, derrochadora, desentendida, interesada, especulante, escandalosa e insultante gestión que el Ivima hace con los pisos de protección oficial.
Es inadmisible el vergonzoso fenómeno que se reproduce con insistencia en torno a la reventa de los pisos de protección oficial. Entre otros, me he encontrado con el siguiente ejemplo (daría nombres y direcciones): se vende piso en (dirección intencionadamente equivocada), 85 metros, plaza de garaje, construido en 1995, 29 millones.
La oferta es prometedora. Concertamos visita con cierto secretismo, 'mejor hablar algunas cosas en persona, ¿me entiendes?'.
La zona gusta; el edificio, bien (calidades Ivima); el piso, majo; el precio, razonablemente caro (dentro del mercado), y viene la negociación. Pero entonces resulta que el piso es de protección oficial, nunca antes habían mencionado nada, y sólo es escriturable en 13 millones; el resto, por supuesto, en dinero negro (búscate la vida para soltar 16 millones a tocateja).
¡Querían sacarle más del doble de lo que les costó hace cinco años! Malo es que se aproveche de esta forma del favor que un día le hicieron los contribuyentes madrileños, pero tanto peor cuando me entero de que este propietario mantuvo sin ocupar la vivienda porque ya tenía otro piso en Madrid, que también está intentando vender y que su coche aparcado en su plaza de garaje no es ni más ni menos que un familiar de lujo. Esta gente es muy libre de intentar prevaricar, allá su moralidad, pero el Ivima y sus gentes son muy responsables de impedir que alguien pueda hacerlo a mi costa y a la de todos los que necesitamos vivienda. La responsabilidad de todos es denunciarlo. Gracias.
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