Reclutas benjamines se entrenan en el parque del Retiro

Soldaditos por un día. Cientos de niños se acercaron ayer a las actividades que, con motivo de la Semana de las Fuerzas Armadas, ha organizado el Ejército en el parque del Retiro. En un circuito, los intrépidos pequeños treparon por paredes, desfilaron y se arrastraron por el suelo como si estuviesen en pleno desembarco de Normandía. Además, los chavales que quisieron sentir qué le pasa a un paracaidista por la cabeza cuando se tira al vacío, se lanzaron con unas cuerdas desde una maqueta de avión suspendida en el aire, a una distancia prudencial del suelo, por supuesto.

Los chavales corrieron como locos y sufrieron durante todo el recorrido como auténticos soldados, ayudados por unas colchonetas para amortiguar las posibles caídas. Además, el recorrido estuvo controlado por miembros de las Fuerzas Armadas que, sudorosos, intentaban controlar la riada de chicos que aún no son conscientes de que existe la objeción de conciencia.

En la entrada del circuito, además, a los niños les pintaron la cara con pinturas de colores de camuflaje, marrón y verde, al más puro estilo Rambo, y les colocaron cascos y arneses hechos a medida. En cambio, ninguno de los padres que acompañaban a sus hijos se atrevió a realizar el recorrido multiaventura, a pesar de la insistencia de los soldados.