El Salvador y Taiwan estrechan lazos y asientan sus intercambios comerciales

Los presidentes de Taiwan y El Salvador, Chen Shui-bian y Francisco Flores, respectivamente, hicieron público un documento lleno de elogios mutuos, en el que se comprometen a incrementar las relaciones de amistad y cooperación económica. El gobernante salvadoreño reiteró su apoyo para que Taiwan tenga representación como Estado en la Organización de Naciones Unidas (ONU), a cambio de la ayuda económica y la generación de inversiones taiwanesas en esta nación centroamericana. Ambos mandatarios se negaron a aceptar que a esta política se la conozca como "diplomacia del dólar".

Francisco Flores "reiteró el apoyo del Gobierno salvadoreño a la aspiración de la República China para participar en la Organización de las Naciones Unidas y en otros organismos internacionales, lo cual el Excelentísimo Señor Presidente Chen Shui-bian agradeció en nombre de su pueblo y su Gobierno por dicho respaldo en diversas instancias internacionales", dice una parte del texto suscrito por ambos mandatarios.

El Salvador es uno de los pocos países -unos 20 en el mundo-que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwan, según explica el experto en política internacional Napoleón Campos, como una reminiscencia de conflictos pasados, de la guerra fría. Este analista considera "grave" que El Salvador continúe vinculado a conflictos que le son ajenos, como el que existe entre la República Popular de China -el Estado reconocido por la ONU- y Taiwan -a la que Pekín considera una "provincia rebelde"-.

Lo cierto es que Taiwán tiene en Centroamérica un aporte económico significativo, ya que incluso es miembro pleno del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y observador en el mecanismo de la Secretaría de Integración Centroamericana (Sica).

Taiwan, además, fue uno de los primeros países en acudir a brindar ayuda a El Salvador inmediatamente después de que en los meses de enero y febrero, dos terremotos devastaran el territorio salvadoreño, causando la muerte a más de 1.000 personas y dejando como damnificados a una quinta parte de la población. En tal sentido, Chen anunció un monto de donaciones por valor de 2,5 millones de dólares para construcción de casas permanentes a familias afectadas por los seísmos.

Balanza desequilibrada

El presidente Flores reconoció, por su parte, que a raíz de esta visita oficial a El Salvador -que incluyó la celebración de una Cumbre de Mandatarios de Taiwan y Centroamericana- las relaciones comerciales se profundizarán para disminuir la brecha comercial que favorece radicalmente a Taiwan.

Los datos oficiales del año pasado muestran que, mientras las exportaciones de esta nación asiática a El Salvador se calcularon en 30 millones de dólares, las importaciones apenas llegaron a los 300.000 dólares. El mandatario salvadoreño aseveró, por otra parte, que en los próximos 18 meses Taiwan tendrá en El Salvador una inversión total de 90 millones de dólares, a través de 37 empresas establecidas, que generarán 20.000 empleos directos. Por el momento, la inversión es de 80 millones de dólares, por medio de 32 empresas, especialmente en el área de maquilas textiles, que generan 15.000 empleos directos.

En el marco de la Cumbre Taiwan-Centroamérica, que tuvo lugar este viernes y a la que también asistieron representantes de Panamá, Belice y República Dominicana, además de los mandatarios de Guatemala, Nicaragua, Honduras, Costa Rica y El Salvador, Francisco Flores manifestó que los países de la región han realizado "avances extraordinarios" en los esfuerzos de integración. Estos trabajos los apoya Taiwan a través de la financiación de proyectos económicos, en materia de desarrollo, así como en diseños de planes para promover la competitividad regional. La idea global pasa por superar la pobreza que afecta a la mitad de los 30 millones de centroamericanos, generar empleos, dinamizar las economías y democratizar las sociedades.

Por su parte, el presidente taiwanés le expresó a sus homólogos centroamericanos la voluntad de su Gobierno -surgido a través de una transferencia pacífica del poder (de conservadores nacionalistas a socialdemócratas)-, de continuar siendo aliados de Centroamérica en el desarrollo económico, la igualdad social de la riqueza, la democratización política y cooperación internacional.