Dos nuevos ataques suicidas palestinos causan 50 heridos entre la población de Israel
El Gobierno de Sharon denuncia que su alto el fuego no ha hecho descender los atentados
Un camión lleno de explosivos, conducido por un militante del movimiento Hamás, saltó ayer por los aires a primera hora de la mañana en las cercanías del asentamiento de Netzarim, a la altura de un puesto de vigilancia militar, en el centro de la franja de Gaza. La operación, que tenía como objetivo destruir el búnker del Ejército apostado al pie de la carretera, ha provocado sólo heridas leves a cinco soldados, así como la muerte del suicida.
'Si el Ejército israelí cree que sus posiciones son impenetrables, se equivoca; tenemos candidatos al martirio que sabrán siempre encontrar a los israelíes allí donde se encuentren', aseguraba, pocas horas después del atentado, el jeque Ahmed Yasín, el guía espiritual de Hamás, desde su domicilio de Gaza.
Como si hubieran concertado sus acciones, seis horas más tarde, un coche bomba, conducido por dos militantes de la organización integrista Yihad Islámica, irrumpía en la estación de autobuses de Hadera, a poco menos de medio centenar de kilómetros al norte de Tel Aviv, en el corazón de Israel, para hacer explotar su carga de dinamita al paso de un autobús cargado de viajeros, el número 841, que hace habitualmente el trayecto entre Tel Aviv y Kiriat Shmona.
El atentado de Hadera, que provocó heridas a cerca de medio centenar de viajeros, entre ellos un bebé, fue reivindicado instantes más tarde por Yihad Islámica a través de un comunicado leído por la cadena de televisión libanesa Menara, propiedad de Hezbolá. El atentado de Hadera se producía justo una semana después de que un suicida de Hamás protagonizara una acción similar en un centro comercial en la cercana localidad de Netania, donde murieron cinco israelíes y más de medio centenar resultaron heridos.
'Me parece que tendremos que reestablecer las medidas que habíamos suspendido', anunciaba, al conocer los dos atentados, el ministro de Transporte israelí, el laborista Efraim Sneh, aventurando así la posibilidad de que se pudiera lanzar una ofensiva contra los palestinos, poniendo fin de manera tajante al alto el fuego unilateral decretado por Sharon hace tres días, en cumplimiento de las recomendaciones de la comisión Mitchell. Un portavoz del Ejército aseguraba ayer que el cese unilateral de la ofensiva israelí (iniciada hace tres semanas) no había reducido los ataques palestinos.
Sharon, sin embargo, recomendaba desde su oficina que se mantuviera la sangre fría: 'Debemos esperar algunos días, hasta que nos quede claro si Arafat se quita el guante y acepta el reto de poner fin a la violencia'.
Al final del día, un coche en el que viajaban cinco palestinos hizo explosión cerca de Nablús (Cisjordania) por causas desconocidas. Al menos uno de los ocupantes resultó muerto.
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