Educación pública contra los públicos
En San José de la Rinconada existen tres centros públicos de Enseñanza Secundaria: el antiguo centro de Bachillerato (Miguel de Mañara), el antiguo centro de Formación Profesional (San José) y el Carmen Laffón, el nuevo, cuatro años, en el que la Junta ha invertido con creces las cantidades que hubieran necesitado los otros dos centros, y algunos más, para rehabilitar y adaptar sus instalaciones a las nuevas exigencias de la LOGSE.
En un derroche de planificación y tratando de mantener el frágil equilibrio al que obliga la presencia del nuevo centro y el limitado número de alumnos de la zona, la Consejería de Educación distribuye las modalidades de Bachillerato por los centros, dos a cada uno. De éstos, se repite uno, el de Humanidades, en los tres centros, y el segundo es diferente: Científico al Miguel de Mañara, Tecnológico al San José y Artístico al Carmen Laffón.
Pero, al parecer, una nueva ley educativa necesita de un escaparate en el que se reconozcan los logros que se pretenden, y la modalidad que diferenciaba al Miguel de Mañara se autoriza también en el nuevo, con lo que se potencia el hermoso escaparate en el que la administración educativa ha convertido al Carmen Laffón en pasarela por la que habitualmente desfilan las autoridades. A cambio de desmantelar un centro que está a 300 metros de bonito, en el que ya no interesa hacer inversiones, viejo y feo el Miguel de Mañara sigue teniendo la experiencia acumulada de más de 25 años de Bachillerato, un claustro con un profesorado homogéneo en ese nivel y estabilizado desde hace más de 10 años.
Ya sabemos que los informes que manejan los que toman las decisiones sólo informan, no vinculan; pero es muy sospechoso que sobre la mesa del director general de Ordenación Académica estuvieran los informes negativos de los técnicos de la inspección provincial y otros de la propia Consejería y que, sin embargo, en el trajín de los despachos se hiciera caso omiso de ellos.
Hay algunas consecuencias directas de esta decisión, que no son nada frívolas:
a) Le cuesta más dinero a la Administración, o sea, a todos los contribuyentes, porque se crean picos en la configuración de los grupos de alumnos, y esto siempre supone más profesorado (el próximo curso serán ya cuatro profesores más entre los dos centros, con el mismo número de alumnos en la localidad).
b) Los alumnos de la localidad pierden optativas al perderlas el Miguel de Mañara (la Administración ha condicionado el número de optativas por centro proporcionalmente al número de grupos).
c) Se hacen previsiones de desplazamientos de un número considerable de profesores del Miguel de Mañara, mientras que se tendrán que contratar interinos en el Carmen Laffón.
Lo peor de estas acciones es que nunca se da una explicación pública, y se trata siempre de mantener en la sombra los manejos que benefician sólo a los correligionarios.
Lo dicho, la pública contra la pública.
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