Meras intenciones
Es motivo de satisfacción saber que la ONU ha celebrado estos días en Bruselas la tercera cumbre mundial sobre los países más pobres del planeta. Ahora bien, si esta reunión se abre con la vergonzosa constatación de que la mayoría de compromisos que se fijaron en la de 1990 no se han cumplido, ¿cabe pensar entonces que este tipo de cónclaves son simples actos protocolarios donde los países 'desarrollados' firman en vano acuerdos de ayuda al Tercer Mundo? Si no es así, no se explica que, en palabras del presidente de Francia, Jacques Chirac, los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) hayan reducido su ayuda a la mitad en los últimos 10 años. En este contexto tan desolador cobran sentido las reflexiones de Carlos Fuentes en el artículo Democracia latinoamericana: anhelo, realidad y amenaza (EL PAÍS, 15 de mayo de 2001). En él se aprecia una vez más la dejadez que sufre América Latina a expensas de sus propias instituciones democráticas, pero tampoco hay que olvidar que éstas actúan con la complicidad tácita de la comunidad internacional. Ninguno de los dos bandos, por muchos acuerdos de colaboración que firmen, están dispuestos en realidad a sacar a sus conciudadanos de la más absoluta miseria. Hay demasiados intereses por medio, por ejemplo, el narcotráfico y el comercio de armas.