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EE UU se compromete a no perseguir delincuentes en suelo de México

El fiscal general Ashcroft refuerza la cooperación con su vecino del sur

Juan Jesús Aznárez

Desde hace cinco meses, el cruce fronterizo de altos funcionarios estadounidenses y mexicanos es constante. Las excelentes relaciones entre los presidentes rancheros, Vicente Fox y George W. Bush, ha permitido abordar la construcción de una relación bilateral de mutua confianza, antes inexistente, y se ha traducido en una catarata de iniciativas de los dos Ejecutivos destinadas a reforzar la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, la situación de los emigrantes indocumentados o las disputas comerciales.

El alejamiento de Cuba, puesto de manifiesto en el reciente ataque de La Habana contra el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda, fue aplaudido por Washington, y contribuyó a la reconciliación del canciller con sectores, en los que figura el ultraconservador republicano Jesse Helms, que durante años le tildaron de comunista. Entre llevarse bien con EE UU, con el que comparte 3.200 kilómetros de frontera y múltiples intereses, o con Cuba, México no parece haberlo dudado.

Los dos Gobiernos ratificaron ayer un protocolo que permite la extradición temporal de los narcotraficantes. El documento había sido firmado en 1997, durante el Gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), refrendado por el Senado el pasado año y publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 16 de febrero. La lucha contra el narcotráfico 'va en serio' y los grandes capos sufrirán 'consecuencias serias', advirtió Ashcroft después de reunirse con las autoridades mexicanas

El objetivo de la extradición temporal es evitar que desaparezcan pruebas o se asesine a testigos, o que llegue a aplicarse la prescripción de la acción penal. La modalidad permite que toda persona acusada en las dos naciones sea juzgada primero en una y, antes de cumplir condena, sea extraditada temporalmente al otro país para afrontar el otro proceso. EE UU ha pedido a México 206 extradiciones y México a EE UU, 363. No obstante, la Corte Suprema de Justicia de México deberá pronunciarse en los próximos días sobre la legalidad o no de la cadena perpetua, vigente en EE UU, que el propio tribunal declaró ilegal hace 70 años. Para no ser extraditados, los narcos argumentan que corren el riesgo de ser condenados a esa pena.

Mientras tanto, los presidentes Fox y Bush se han entrevistado tres veces en tres meses, una frecuencia sin precedentes entre dos gobernantes, que comparten su procedencia del mundo empresarial y su perfil más pragmático que ideológico. Asimétricos los vínculos entre una nación desarrollada y otra aún mendicante, México pretende acortar distancias con un mercado al que dirige el 87% de sus exportaciones, y acepta el abrazo del oso gringo porque, de momento, su presión es soportable.

El tema energético es probablemente el asunto más urgente, y no se descartan fricciones. Washington pide a México más energía eléctrica para California, con serios problemas de abastecimiento, y México aduce la imposibilidad material de suministrar el cupo solictado.

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