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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

El reglamento del PNV impide al 'lehendakari' suceder a Arzalluz

La retirada de Xabier Arzalluz de la presidencia de la ejecutiva del PNV no supondrá su relevo por Juan José Ibarretxe ni, en principio, ningún cambio sustancial en la forma de organización de este partido, que impone la incompatibilidad entre cargos ejecutivos internos e institucionales y provoca con ello la existencia práctica de una bicefalia. Así lo aseguraron ayer diversos portavoces del PNV, que opinaron sobre el anuncio de Arzalluz, y otras fuentes peneuvistas consultadas.

Todo indica que el sistema de separación de labores internas y externas seguirá vigente y que la retirada de Arzalluz no traerá consigo la modificación de esa doctrina organizativa. A ella atribuyen los nacionalistas un cúmulo de bondades, pero también reconocen que ha creado en muchos momentos importantes trastornos.

En cualquier caso, el relevo de Arzalluz y la llegada de un sustituto que, sea quien sea, no gozará de su enorme carisma y ascendiente sobre la organización, darán a Ibarretxe una condición de referente fundamental desde ahora y durante mucho tiempo.

Referente del nacionalismo

Distintas voces del partido se refirieron ayer a la retirada anunciada el domingo por el máximo dirigente del PNV. El portavoz del EBB (ejecutiva del PNV), Joseba Egibar, descartó que la marcha de Arzalluz deba llevar a suponer que su relevo al frente del partido vaya a ser 'automáticamente' Juan José Ibarretxe. El equívoco surgió por la reivindicación del lehendakari en funciones como 'líder del nacionalismo' que hizo el máximo dirigente del PNV. Egibar explicó ayer sobre Ibarretxe que 'como próximo lehendakari va a ser un referente inequívoco del nacionalismo' y hasta de la política de Estado. Pero a continuación señaló que es prematuro hablar de la sucesión de Arzalluz. El propio presidente del EBB situó su marcha en el plazo de dos o tres años, una vez cumplido, o cerca de cumplirse, el mandato para cuatro años que recibió en enero de 2000 de la asamblea del PNV.

Por su parte, Iñigo Urkullu, el presidente de la ejecutiva vizcaína del PNV, la más poderosa de sus organizaciones territoriales, resaltó que la retirada de Arzalluz será 'progresiva'. Y coincidió con Egibar en desmentir que entre sus intenciones esté la de dejar la responsabilidad de la dirección del partido en manos de Ibarretxe.

También desde otros partidos opinaron sobre el anuncio del presidente del EBB. A juicio del portavoz de la ejecutiva del PSE-EE, Rodolfo Ares, el PNV debería aprovechar el anuncio de la marcha de Arzalluz para 'adaptar el nacionalismo al siglo XXI con un proyecto moderado de convivencia y pluralidad'. Ares abogó por el cambio generacional y la renovación interna en el PNV. Desde las filas del PP, el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, coincidió en que el PNV debe renovar a sus dirigentes y no sólo a éstos, sino también 'su discurso'.

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