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Crónica:Cine | CRÍTICAS
Crónica
Texto informativo con interpretación

Heroísmo y guerra sucia

Que el éxito sienta bien lo prueba esta Cabalga con el diablo: si Ang Lee no hubiera triunfado urbi et orbe con su siguiente producción, Tigre y dragón, jamás hubiésemos visto en pantalla este título, anterior en un año y que fracasó en el mercado estadounidense. De ahí que le veamos, sí, pero 'abreviado': si el éxito gusta, el fracaso mucho menos, y aquí nos llega con casi media hora de cortes.

Y es una lástima. Porque si bien es cierto que la película adolece de algún problema de construcción -un final tan amortiguado que cuando aparecen los créditos no nos creemos que acabe; una descompensación entre las brillantes, tremendas secuencias de peleas y los tiempos muertos a que obliga la lógica interna del guión-, lo cierto es que su fracaso probablemente se deba a factores que aquí se consideran mucho menos relevantes.

Cabalga con el diablo parece contar con la gracia versátil que atesora su talentoso director, una historia heroica, la de la resistencia de las llamadas milicias irregulares sudistas enfrentadas, en Misuri, a los regulares federales, en los primeros días de la guerra de Secesión. Pero su heroísmo es sólo superficial: como tantos westerns crepusculares, Sin perdón sin ir más lejos, también aquí el discurso es otro, y me temo que es justo eso lo que no gustó al público americano.

Porque lo que las imágenes de la película muestran es, ante todo, la dureza del presunto heroísmo, las contradicciones ideológicas de los supuestos protagonistas, los sudistas -el esclavismo, el machismo trasnochado, la ferocidad que todo lo contamina-, la inclemencia con que Lee, que sabe nadar brillantemente en aguas tan turbulentas, muestra la cotidianeidad de una guerra tan sucia como cualquiera; la reivindicación, en fin, de la mujer como factor de civilización, más que el ardor guerrero de los hombres.

A la postre, queda la sensación de una película a la que le falta algo, pero cuyas imágenes y su discurso (histórico, político) son mucho más ricos y efectivos de lo que sus cicateros productores imaginan.

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