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La huelga de la enseñanza pública dejó sin clase a medio millón de alumnos de primaria y secundaria

La manifestación de Barcelona congregó entre 15.000 y 20.000 docentes

Miquel Noguer

Otra de las solicitudes de los maestros es la reducción de las horas de docencia para los profesionales de primaria que ya han cumplido los 55 años, a los que, en opinión de CC OO, 'ya no se les puede exigir estar tantas horas dentro de un aula'.

La jornada de huelga tuvo, según los sindicatos, un seguimiento del 79% en la ciudad de Barcelona y entre el 76% y el 86% en el resto de Cataluña. Ello obligó a cerrar la mayor parte de las escuelas, lo que dejó sin clase a unos 500.000 alumnos. Los servicios mínimos funcionarion con normalidad, aunque no permitieron impartir clase, puesto que en muchas escuelas sólo quedó de guardia un miembro del equipo directivo.

El director del Instituto Sagrada Família de Barcelona destacó 'la solidaridad' de los padres al no llevar a los alumnos a la escuela, aunque algunos centros de primaria tuvieron que admitir a parte de su alumnado. Sin embargo, otras escuelas optaron por cerrar puertas y pedir a los padres que acudían con sus hijos que se los llevaran de nuevo a casa.

Una parte importante de los profesores que secundaron la huelga se concentraron a mediodía en las ciudades de Barcelona, Lleida y Tarragona. Entre 15.000 y 20.000 personas (25.000 según los sindicatos) se manifestaron por la Via Laietana de Barcelona hasta la plaza de Sant Jaume gritando consignas contra la consejera de Enseñanza, Carme Laura Gil. '¡Consejera, dimisión!' y '¡consejera, das pena, los profesores te suspenden'! fueron las frases más repetidas a lo largo de la protesta, en la que también participaron los profesores interinos. Este colectivo organizó una cadena humana que unió la plaza de Urquinaona y la de Sant Jaume para reivindicar mayor estabilidad laboral.

A su llegada a la plaza de Sant Jaume los cuatro sindicatos convocantes leyeron un manifiesto conjunto que reunía las principales reivindicaciones: mejoras salariales, más control en los conciertos educativos y una distribución efectiva de los alumnos con necesidades especiales.

Por la tarde, CC OO difundió una carta dirigida a la consejera de Enseñanza en la que señalaba: 'La manifestación de hoy es el exponente más claro del descontento existente entre el profesorado. Ahora tiene en sus manos la posibilidad de responder realmente al malestar del profesorado. Nosotros tenemos propuestas. Hace falta que ponga las suyas encima de la mesa con voluntad de nogociarlas'.

La carta también hacía referencia a unas declaraciones de Carme Laura Gil en las que admitía la 'dificil labor' de enseñar en el año 2000 y propugnaba un mayor reconocimiento social a la actividad de la comunidad docente. 'Pensamos que la iniciativa [del reconocimiento] debe partir de las instancias que tienen responsabilidades en la educación', le respondieron los docentes.

Al finalizar la manifestación de Barcelona, un reducido grupo de personas lanzó huevos contra la fachada de la Generalitat, aunque no se registró ningún incidente destacable.

'Ha sido la manifestación más importante de la enseñanza pública de los últimos años', aseguró Jaume Graells (UGT) al finalizar la protesta. La diputada del PSC Assumpta Valls apeló a la responsabilidad de Carme Laura Gil: 'Que escuche, que negocie y que llegue a acuerdos. Este es su deber'. Iniciativa per Catalunya-Verds y Esquerra Republicana también estuvieron representados en la manifestación, que estuvo encabezada por Joan Coscubiela (CC OO), Josep M. Àlvarez (UGT) y Carles Martínez (USTEC).

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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