Los laboristas dejan al euro fuera del debate de la campaña

No hay avance en el programa electoral laborista con respecto a la posición oficial del Gobierno de Tony Blair sobre el euro. Hasta la celebración de las elecciones, el 7 de junio, el primer ministro quiere limitar la polémica al referéndum que ha prometido convocar una vez se confirme su segundo mandato y se analicen los beneficios económicos de la moneda única. Pero la fecha para ese análisis, que corresponde al actual ministro de Economía, Gordon Brown, en consulta con Blair, sigue tan difusa como antes, es decir, 'a principios de la segunda legislatura'.

El manifiesto refleja, sin embargo, la distancia que separa a laboristas de conservadores en todos los temas referentes a Europa. Mientras los primeros se prestan 'en principio' al euro y, en última instancia, dejan la decisión en manos del electorado, los tories lo rechazan durante cinco años y no contemplan la consulta popular. Blair propone también liderar la reforma de las instituciones europeas, preservando el veto en cuestiones de 'soberanía nacional, como impuestos y controles fronterizos', y definiendo las funciones de la UE en una 'declaración transparente de principos'.

En cambio, los conservadores quieren renegociar los tratados europeos, lo cual significa, advierte el texto del programa laborista, que 'un gobierno conservador deberá dar marcha atrás ante la oposición de los otros países o, bien, sacar al Reino Unido de la UE, con las consecuencias desastrosas que ello implica para el Reino Unido'. 'Nuestro argumento', continúa, 'es que si el Reino Unido es más fuerte en Europa, también lo será en el resto del mundo'.

En este sentido, el primer ministro ve un gobierno británico como la argolla que enlaza las relaciones entre Europa y EE UU. Pero, una vez más, se muestra indeciso ante uno de los posibles puntos de choque, la construcción del escudo antimisiles, entre el viejo y el nuevo mundo.