'Reclamación extemporánea'
El Ministerio de Justicia, al igual que el de Interior, ha rechazado indemnizar el daño ocasionado a los padres de José Luis Sánchez, que pedían cinco millones de pesetas para resarcirse de los gastos que afrontaron durante la larga búsqueda de su hijo.
El Consejo General del Poder Judicial remitió a finales de 2000 un informe a Justicia en el que reconoce que se produjo 'un funcionamiento anormal de la Administración de justicia'. Julio de Diego, el magistrado que llevó el caso, entonces titular del Juzgado de Instrucción 23 de Madrid, ordenó la inhumación del cadáver, sin haberlo levantado personalmente, al mes de llegar éste al Instituto Anatómico Forense de Madrid, y sin cerciorarse antes de si la familia había sido alertada del óbito.
Justicia elude indemnizar a estos padres porque entiende que su reclamación 'es extemporánea'; es decir, que se ha presentado fuera de plazo. 'No es así', señala Esperanza Marcos, abogada de la familia. 'La reclamación se pidió en el año siguiente a la culminación del proceso judicial, tal como está establecido legalmente'.
El Poder Judicial, en su informe sobre este caso, reescribe un auto en el que la Audiencia de Madrid, a propósito de que la familia solicitara una segunda autopsia a José Luis Sánchez, reprocha al juez su 'dejación'. El tribunal criticó al juzgado, a la policía y al Instituto Anatómico Forense. 'Carece de toda justificación', lamentó el tribunal, 'que fallecida una persona e identificada en principio por el DNI que ésta portaba, en el que figuraba su domicilio, no se comunicara a sus familiares su fallecimiento'. Al juzgado le reprochó que 'no hiciera ofrecimiento de acciones a la familia ni comunicara la muerte'.
La abogada de la familia cree que tanto la negativa de Interior como la de Justicia a indemnizar a esta familia, pese a admitir que cometieron un grave error, no busca otra cosa que obligar a los padres a acudir a la vía judicial y, de paso, dilatar los pagos.
El calvario de esta familia se torna más esperpéntico si se tienen en cuenta las múltiples entrevistas que mantuvo con un jefe policial del grupo de Desaparecidos durante el año en el que buscaron a José Luis.
La familia recorrió varias provincias después de recibir llamadas de personas que decían haber visto a su hijo. Eran pistas falsas.
El 6 de junio de 1995 conocieron la realidad: José Luis llevaba muerto y enterrado más de un año.
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