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El PSC y CiU se echan en cara sus respectivos acuerdos con el PP en Euskadi y Cataluña

Maragall reitera su propuesta de gobierno de concentración para el País Vasco

Enric Company

Una fotografía en la que aparecen juntos Pasqual Maragall y Nicolás Redondo Terreros en un acto de los socialistas durante la campaña electoral vasca era ayer el apoyo del convergente Artur Mas para demostrar que el socialismo catalán 'ha participado junto con el PP en una clara estrategia contra el nacionalismo vasco'. Esta participación en lo que Jordi Pujol bautizó el lunes como 'cruzada antinacionalista' es, según Mas, 'una mancha que lleva Maragall'.

Los nacionalistas no quieren tener en cuenta lo que precisamente ayer proclamó de nuevo Maragall, en su primera declaración pública tras las elecciones del domingo: 'Quiero reafirmarme en la que ha sido mi posición desde hace tiempo: la formación de un gobierno de amplia base es una de las condiciones para la paz en el País Vasco'. Asimismo insistió en que es la vía del diálogo y no la confrontación entre nacionalistas vascos y españolistas lo que llevará a la paz.

El líder del PSC expresó su pleno apoyo a Redondo, de quien destacó que ha conseguido 'un resultado muy digno' en unas elecciones absolutamente polarizadas entre el PNV y PP. Explicó que la aportación del PSC a la campaña electoral del PSE ha sido precisamente no insistir en su propuesta de gobierno de concentración, que difiere de la adoptada por Redondo. Maragall acepta la contradicción existente entre sus puntos de vista y los del PSC basándose en el principio de autonomía. 'Ellos son quienes han de decidir su política', dijo.

Los dirigentes de CiU consideran el resultado electoral del domingo como un balón de oxígeno en su complicada situación en el Parlament, en el que están aliados con el PP sin disponer de margen de maniobra. Esperan que el fracaso de Mayor Oreja en Euskadi con su alternativa antinacionalista suavice la presión del partido de José María Aznar sobre ellos. De momento, el presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, ya ha dejado claro que su objetivo no es aplicar contra el nacionalismo catalán un esquema como el seguido por el PP en Euskadi. Pero ayer mismo, en la reunión de su grupo parlamentario, dio instrucciones para apretar las clavijas al Gobierno de CiU ante lo que sigue considerando rechazo de Pujol a tenerle suficientemente en cuenta. Seguirá, pues, la estrategia de apretar pero no ahogar.

La pretensión de CiU de presentar como propia la victoria del PNV fue ayer duramente descalificada por Esquerra Republicana (ERC). El diputado republicano Josep Huguet recordó que los dirigentes de CiU no han participado en la campaña del PNV 'para no disgustar a sus aliados del PP en el Parlament' y ni siquiera han sabido responder con firmeza, dijo, al intento del Gobierno de Aznar de 'reescribir' la historia como si nunca hubiera habido persecución del catalán.

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