BT aplaza la primera prueba mundial de UMTS por fallos en los teléfonos
El retraso levanta más dudas sobre la viabilidad de esta tecnología
BT había escogido la pequeña Isla de Man, en el noroeste del Reino Unido, como centro de pruebas de la tecnología UMTS. El experimento contemplaba dotar a sus 75.000 habitantes con 200 terminales fabricados por la japonesa NEC. Con ellos, podrían disfutar de servicios de videoconferencia, juegos online e información local. Pero un portavoz de la operadora reconoció ayer que los prototipos pierden conexión cuando el usuario se mueve a causa de un fallo en el software, el mismo que abocó a NTT DoCoMo a retrasar sus planes de mayo a octubre.
'Tenemos muchas dificultades en sincronizar los elementos individuales en un solo sistema', indicó un portavoz de la alemana Siemens, que ha aportado una parte de la infraestructura de redes. 'Nuestro objetivo es ahora conseguir que el sistema funcione de una forma estable y en la que se pueda confiar'. 'Estamos convencidos de que NEC arreglará el problema', añadieron en BT. La compañía británica todavía mantiene sus aspiraciones de convertirse en la primera operadora europa que ofrezca UMTS, pero estima que el problema no estará solucionado hasta finales del verano o principios de otoño.
Inversiones billonarias
Este nuevo retraso quiebra aún más la confianza en la tecnología de tercera generación, cuyas costosas inversiones en investigación, obtención de licencias y construcción de redes han dejado las cuentas de la operadoras de telefonía móvil en números rojos. BT, por ejemplo, se ha gastado 10.000 millones de libras (2,7 billones de pesetas) sólo en licencias.
En el caso español, el UMTS también está bajo sospecha. El Gobierno acaba de reconocer que no se cumplirá el plazo dado del 1 de agosto de este año para la puesta en marcha del servicio comercial de la tercera generación. Las operadoras (Telefónica Móviles, Airtel, Amena y Xfera) estiman que hasta el segundo semestre de 2002 no será posible dicho lanzamiento.
La situación es especialmente comprometedora para BT, que acumula una deuda de 30.000 millones de libras esterlinas (ocho billones de pesetas), y dificulta la tarea de su nuevo presidente, Christopher Bland, de recuperar la confianza de los inversores. La operadora acaba de presentar un plan de emergencia para conseguir un ahorro de 600 millones de libras (160.000 millones de pesetas). Para ello, Bland ha pedido a los inversores 5.900 millones de libras (1,6 billones de pesetas).
Para salir de la crisis, BT estudia la posibilidad de crear una compañía independiente en colaboración con la estadounidense AT&T. La nueva empresa nacería de la combinación de Concert (joint venture que ya existe entre ambas) y otras unidades de negocio de BT y AT&T.
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