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Reportaje:AULAS

Perseverancia oriental

Un alumno de la Universidad de Granada crea una de las mejores páginas 'web' para aprender japonés

En la lengua japonesa los artículos no existen, ni las palabras tienen género o número. El orden de las frases, o la formación de sus ideogramas, no tiene ninguna lógica para un occidental. Y sin embargo, resulta fascinante. Tan fascinante que un joven cordobés, estudiante de la Universidad de Granada, lo aprendió de forma casi autodidacta. Y no sólo eso, sino que ha creado una de las mejores páginas web para el aprendizaje del japonés en castellano. 'Y de verdad', comenta Juan José Ferres con cierta ironía, 'ha sido un trabajo de chinos'.

Su página, llamada Gunkan:el aprendizaje del japonés en español [http://lsi.ugr.es/~gunkan] es su proyecto de fin de carrera como estudiante de Informática. Allí, el visitante puede encontrar todas las herramientas que necesite para aprender japonés, desde cómo se escriben los ideogramas (dibujos que simbolizan significados), hasta la gramática. Eso sí: deberá tener una dosis infinita de paciencia.

'Es, sin duda, la lengua más complicada del mundo', dice Ferres. 'Basta con tratar de imaginar que en español alguien tuviera que escribir una frase sin artículos, sin sujeto, sin género, ni número, con el verbo al final, y que tuviera sentido. Todo depende del contexto'.

Ferres narra que su pasión por la lengua oriental (ahora también le producen una enorme curiosidad los jeroglíficos egipcios) le viene de la adolescencia, gracias a los cómics manga y a los juegos de ordenador. Le fascinaba el significado oculto que pudiera haber tras los signos japoneses, de modo que, por su cuenta, de forma autodidacta, empezó a estudiarlo.

'Fueron horas, días, semanas, años sacrificándome para estudiarlo y aprenderlo', dice. 'Elegí el camino más duro, que era hacerlo por mi cuenta, pero también el mejor, porque yo comprendía la lógica de las cosas: no es lo mismo que un profesor te diga que algo es de determinada manera porque sí, a que tú lo descubras por tu cuenta'.

Juan José Ferrés decidió ir explicando sus descubrimientos personales en un fanzine que empezó a publicar en Córdoba, editado con el dinero de su bolsillo. Así comenzó a crear un club de adeptos a la lengua japonesa. También escribió un libro, Gunkan, diccionario de kanjis japoneses que publicó la editorial Hiperión y que ya ha agotado su tercera versión. Fue entonces cuando decidió que sería magnífico enseñar japonés por ordenador. 'A mí, realmente', explica, 'lo que me gusta en enseñar, es para lo que estoy hecho'.

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Igual que había hecho con el estudio de la lengua nipona, se puso a estudiar Informática por su cuenta, y luego en la Universidad de Granada, donde han descubierto el enorme potencial del estudiante, de 25 años, cuya página web, que él revisa continuamente, lleva más de 46.000 visitas. Gramática, ortografía, caligrafía, bibliografías, enlaces, consejos y hasta confesiones personales ayudan al curioso a adentrarse en las complejidades de un idioma que a Juan José Ferres le ha hecho reflexionar mucho.

'Son las lenguas las que moldean las culturas', dice. 'Yo no creo en absoluto en que haya diferencia de razas ni cosas por el estilo: todos los seres humanos son iguales, pero cada uno está condicionado por su propia lengua, por su cultura'.

La cultura occidental, según sus diferentes sistemas idiomáticos (el castellano, el inglés, el alemán, el italiano, el griego) se basa en estructuras lógicas, mientras el japonés se basa en estructuras más emotivas, más intuitivas. Así, por ejemplo, como explica Ferres en su página web, un ideograma significa 'madre', y otro significa 'niño'. Si se unen, en la lógica occidental el resultado de 'madre' (mujer) más 'niño' (juventud) sería 'mujer joven', jovencita. Pues no: el significado de esos dos signos en japonés no apela a la lógica, sino a los sentimientos: ¿qué es lo que siente una madre por un niño? La palabra es un verbo: amar, gustar, disfrutar...

El japonés tiene, además, decenas de matices para un sólo concepto occidental. La palabra 'mañana' puede ser 'mañana soleada', 'mañana lluviosa', 'mañana fresca...' Como el mar, o como los peces. 'O como el tratamiento de respeto', añade Ferres. 'Mientras en castellano hay tres tipos de tratamiento: tú, vos y usted, en japonés existen decenas, desde el tratamiento que debe darle un empleado a su jefe al tratamiento que se le otorga al emperador'. 'Eso se debe', explica, 'a que es una sociedad muy jerarquizada, en la que todo el mundo tiene su papel, su función, y nadie puede salir de ahí. El concepto colectivo está mucho más desarrollado que el concepto individual'.

En la página de Internet, que la propia Universidad de Granada recomienda como una de las mejores en español, Ferres va guiando al principiante no sólo a través del japonés, sino del chino, de la escritura jeroglífica, de la escritura cuneiforme. Explica cómo la invasión de Japón por parte de China dio lugar a que la lengua, que estaba en proceso de formación, se sustentara en dos tipos de escrituras, el silabario hiragana y el silabario katakana. (Otra curiosidad añadida: en japonés no hay más que una letra suelta, la n; el resto son sílabas, letras formadas por una consonante y una vocal).

La página se completa con artículos de otros autores hechos expresamente, con curiosidades, con traducciones de poemas y aportaciones de todos los fanáticos del japonés. Efectivamente, un trabajo de chinos.

Juan José Ferres.
Juan José Ferres.JUAN BARRIO

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