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EL RETO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN CATALUÑA

Las empresas de telecomunicaciones reprochan al Gobierno de CiU su falta de estrategia

La marcha de Joaquim Triadú al sector privado incrementa el 'desasosiego'

Primer obstáculo: la Generalitat carece de competencias en política de telecomunicaciones. Este hecho permite al Gobierno de Jordi Pujol eludir responsabilidades en un terreno del que depende que Cataluña dé el gran salto hacia la sociedad digital. Si las infraestructuras de telecomunicaciones que deben modernizar el territorio -condición básica para el desarrollo de todos los servicios ligados a Internet- no avanzan a buen ritmo, la culpa recae siempre sobre las empresas. Y si éstas se quejan de los cambios legislativos que las ponen en apuros a la hora de cumplir sus compromisos, la culpa es de Madrid. 'Sólo se habla de las empresas para darnos palos', se lamentan fuentes del sector.

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Segundo obstáculo: el organigrama administrativo, que una de las empresas consultadas llega a calificar de 'incoherente', dificulta la coordinación de actividades. Josep Antoni Duran Lleida, en su etapa como consejero de Gobernación, llegó a pedir por escrito al presidente Jordi Pujol que pusiera orden ante tal algarabía. Duran apostaba por que el Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información (Dursi) asumiera un liderazgo real en los proyectos gubernamentales sobre la nueva economía.

Tres departamentos del Gobierno de Convergència i Unió (CiU) -Presidencia, Gobernación y el citado Dursi- se ven particularmente involucrados en el nuevo frente.

De Presidencia depende el Centro de Telecomunicaciones de la Generalitat, una empresa pública que ha ido privatizando diversas filiales y que esencialmente ha quedado reducida a una mera central de compras. El presidente del centro es el conseller en cap, Artur Mas, que delegó en Joaquim Triadú el peso de decisiones pendientes, como la de completar el proceso privatizador. Triadú, sin embargo, abandonará su cargo en las próximas semanas y ficha por el despacho Garrigues & Andersen.

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Rentabilizar logros

Pero además, tanto desde el Departamento de Economía y Finanzas como ahora en Presidencia, el delfín de Pujol ha intentado acaparar las iniciativas relacionadas con la sociedad de la información más visibles electoralmente. En particular, el apetecible proyecto de Administración Abierta de Cataluña (AOC en sus siglas en catalán), una plataforma que permitirá a los ciudadanos resolver todos los trámites administrativos a través de Internet. 'Es lícito que el Gobierno quiera rentabilizar sus logros. No es cuestionable', señala al respecto uno de los responsables de las nuevas tecnologías en Cataluña.

Del Dursi, que dirige el consejero Andreu Mas-Colell, depende la Secretaría para la Sociedad de la Información, en manos de Carles Martín. Fuentes empresariales aseguran sin rubor que dicha secretaría no sólo 'ni pincha ni corta en materia de telecomunicaciones', sino que 'no participa en ninguno de los grandes proyectos de la nueva economía'. 'A Martín sólo le han dejado lanzar un puñado de telecentros', sentencia, por su parte, otra de las caras del sector, en alusión a los locales que la Generalitat impulsa en diversas localidades para favorecer el uso de las nuevas tecnologías por los ciudadanos.

De Gobernación no depende nada, pero sus competencias en materia de administración local permitieron a su anterior responsable, el dirigente democristiano Josep Antoni Duran Lleida, meterse de lleno en el citado proyecto AOC. Además Duran se significó más que otros cabezas visibles de la Generalitat por su apuesta clara en favor del cable de fibra óptica, según el parecer de algunos ayuntamientos, actitud en la que vieron un guiño hacia las corporaciones locales.

Tercer obstáculo: la retahíla de interlocutores y la capitalización de los éxitos. Los personalismos tampoco han ayudado a subsanar lo que un conocido empresario de Internet describe como 'parálisis' y 'proceso de degradación'. Todos los consejeros han intentado barrer para casa los proyectos más emblemáticos, en un ambiente propiciado por la 'falta de interés' de la que se acusa a Mas-Colell respecto a la sociedad de la información frente a su prioridad por la política universitaria.

Prueba de ello fueron los significativos episodios que precedieron a la firma, a finales del año pasado, del convenio entre la Generalitat y el consorcio de ayuntamientos Localret -que impulsa las comunicaciones de banda ancha en Cataluña- para acelerar la puesta en marcha de la AOC.

Fuentes de Gobernación admiten que en aquel momento diversos sectores de Convergència se mostraron muy reticentes a la voluntad de Duran Lleida de compartir con las administraciones locales el proyecto, por el recelo que suscita el notable poder municipal de los socialistas catalanes. La tesis del dirigente democristiano se impuso, por lo que fichó al ex alcalde de Sabadell Antoni Farrés, de Iniciativa per Catalunya-Verds.

Paralelamente, Artur Mas desde Economía, al disponer también de las competencias de planificación de las políticas gubernamentales, quería saborear parte del pastel de la AOC. El Consell Executiu del 24 de octubre de 2000 encargó a la Secretaría para la Sociedad de la Información el desarrollo de la segunda fase de este proyecto. Pero, paradójicamente, Mas situó al frente de la iniciativa a una persona de su confianza, el director general de Planificación Operativa, Joan Ramon Marsal. Artur Mas se llevó consigó esta dirección general a Presidencia cuando fue nombrado conseller en cap.

Triadú, durante su discreto paso por Presidencia, también batalló por la tarta. Desde su despacho en la plaza de Sant Jaume se empleó a fondo en ganarse el papel de interlocutor con las empresas y los ayuntamientos, tarea que mantuvo en calidad de asesor cuando Mas fue catapultado a Presidencia. 'La implicación de Triadú, más allá del organigrama, ha sido muy personal. Era una persona que se documentaba y podía estar hablando durante horas sobre cualquier tema del sector. No tengo claro que nadie llegue a implicarse como él a partir de ahora', sostiene un directivo de Internet.

El ex consejero llenó, con este dedicación, el vacío dejado por Miquel Puig en su etapa como comisionado para la Sociedad de la Información.

Corregir el tiro

Pese a estos vaivenes, la propia Administración y las empresas reconocen 'los esfuerzos de la Generalitat por coordinarse internamente' en los últimos meses. La misma fuente del Departamento de Gobernación admite que, tras cierta descoordinación operativa, los problemas se están desencallando, gracias en parte al convenio firmado con Localret. Ahora, señalan, se ha avanzado notablemente en el proyecto de la AOC y se están dando los pasos necesarios para poder disponer de la identificación electrónica, que permite a los usuarios respirar tranquilos cuando realicen sus gestiones por Internet.

El sentir generalizado del sector es de esperanza hacia la persona de Mas y, sobre todo, de su mano derecha Antoni Vives, secretario del Gobierno y considerada una persona 'seria'. 'Si Mas y Vives se responsabilizan directamente de las telecomunicaciones será una buena noticia', indica un directivo.

Uno de los fundadores de una de las principales operadoras españolas de telecomunicaciones rompe una lanza a favor del Gobierno de CiU al recordar que, a pesar de no tener competencias, 'ha hecho lo que ha podido, por ejemplo actuando correctamente para facilitar los derechos de paso a los operadores sobre las carreteras que controla para que puedan construir su red de fibra óptica'. Los emprendedores también subrayan el apoyo del Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial (Cidem), dependiente de Industria, a la hora de ayudar a captar inversión extranjera.

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