Enseñar para hacer ciudadanos
Los visitantes están tan boquiabiertos como los aristócratas del XVIII cuando se reunían en sus salones para estudiar los fenómenos eléctricos. 'Entonces les fascinaba, por ejemplo, que se les pusieran los pelos de punta', comenta Jesús Martín, profesor de física y química del instituto Antonio Machado. Y explica: 'La ciencia tiene mucho de espectáculo, es muy vistosa, pero para llegar a esto hay que haber pasado muchas horas de trabajo ingrato, como han podido comprobar mis alumnos con los experimentos que presentan en la feria'.
Martín ha intentado transmitir esta idea a sus estudiantes, que han dedicado los recreos y las horas libres para mostrar al visitante cómo extraer cafeína del té y el café, o las cualidades de distintas marcas de antiácidos contra el ardor de estómago y de hierro contra la anemia. Y lo ha intentado porque, en su opinión, es fundamental que los alumnos comprendan que la ciencia es básica 'porque es cultura'.
'Pensar lo contrario es un error enorme en el que se cae con mucha facilidad', mantiene. Y añade: 'Es imposible entender la sociedad actual sin comprender los avances científicos. Los alimentos transgénicos, la generación de energía o el genoma humano son cosas que están a la orden del día y para participar en una democracia es clave tener formación científica'.
Por eso cree que hay que darle un revolcón a la metodología que emplean los profesores en las aulas y poner el énfasis en formar a los alumnos, no tanto para convertirlos en científicos, sino en buenos ciudadanos.
