La ONU niega que la rigidez del mercado laboral europeo frene el crecimiento
La ONU desmontó ayer en un informe la extendida teoría de que Europa no crece más deprisa por las rigideces de su mercado laboral. Más que en las condiciones de trabajo, el problema reside, según la Comisión Económica de Naciones Unidas para Europa, en 'las políticas restrictivas macroeconómicas de los gobiernos' y en la actividad inversora. El informe también critica la debilidad de la formación y la falta de mano de obra cualificada.
El secretario ejecutivo adjunto de este órgano de la ONU, Paul Rayment, juzga poco adecuado comparar, como se suele hacer, las economías europeas con la estadounidense desde el punto de vista de la creación de empleo y la reducción del paro. Rayment argumenta que Europa no es una región homogénea y la situación laboral de los distintos países es muy variable.
Cuando se presenta la flexibilidad laboral como condición indispensable para el crecimiento económico se olvida, según el estudio, que es necesario un elevado nivel de inversión, especialmente en nuevos sectores. La migración de mano de obra a estos sectores emergentes depende además de la cualificación de la mano de obra. El texto de la ONU critica la formación europea, sobre todo el 'fracaso' de las políticas gubernamentales.
El informe destaca que el subsidio de desempleo, al que se responsabiliza de fomentar la permanencia en el paro, apenas tiene incidencia en el nivel de desempleo y, si influye de algún modo, es de forma positiva. Por otra parte, ni las ganancias por productividad ni la creación de beneficios han contribuido a crear nuevos puestos de trabajo, un fenómeno que sí se da en Estados Unidos. Los autores del estudio aseguran que en EE UU el entorno es más favorable a la demanda interna y a las inversiones.
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