Detenido en Nicaragua un sospechoso de los asesinatos atribuidos al FUAC
Mientras el Ejército nicaragüense prepara un operativo de búsqueda en la zona minera contra el Frente Unido Andrés Castro (FUAC), la Policía Nacional detuvo en Managua a Paz Flores Landero, de 50 años, bajo la acusación de pertenecer a este grupo armado formado por ex militares sandinistas y haber participado el pasado 19 de abril en el asesinato de cinco personas relacionadas con el partido en el Gobierno. Flores, que se ha declarado inocente, fue identificado en una calle capitalina por el hijo de una de las víctimas. La detención se produce cuando el Ejército y la Policía Voluntaria se disponen a emprender una "ofensiva total" para desarticular las distintas facciones de esta banda "antes del invierno", según afirmó el ministro de Defensa, José Adán Guerra. "Se debe hacer lo más pronto posible por la llegada del invierno . El problema es que son 35 personas que se dividen en pequeños grupos, que se manejan en un territorio bien inhóspito donde de seguro tienen ayuda de colaboradores y cuyo acceso ya es difícil de por si en el verano". Si bien el FUAC centra sus operaciones en el denominado Triángulo Minero -entre las comunidades de Siuna, Bonanza y Rosita-, los armados se mueven y esconden en un área montañosa y selvática del tamaño de El Salvador, según el ministro.
Promesa antigua
La promesa de Guerra de terminar con el FUAC no es nueva; la han venido reiterando las autoridades desde que, en 1997, parte de las tropas sandinistas que se mantenían en la montaña después la guerra de los ochenta se negase a dejar las armas argumentando que el Gobierno no había cumplido las condiciones para la desmovilización. Desde entonces se le atribuyen 47 asesinatos; los más recientes, los de un coordinador del Partido Liberal Constitucionalista, su mujer, los dos hijos del matrimonio y un vocal del mismo partido ocurridos en Santa Fe, cercana a Siuna.
El FUAC ha negado toda relación con estas muertes, que, según afirmaron dos líderes de los alzados en un diario local, no han sido políticas, sino el resultado de un conflicto entre familias por la propiedad de unos terrenos. "Del Gobierno es la culpa que ocurran muertes como las que ocurrieron en el poblado de Santa Fe, porque nunca arreglaron los problemas de la propiedad. La gente, como no tiene apoyo de las autoridades, se defiende como puede y las muertes de los campesinos son la consecuencia". Los dirigentes afirmaron que mantendrán la "lucha armada" hasta que se satisfagan sus demandas de proyectos de desarrollo social, de salud, de educación, etc.
La lista de personas afines al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), al que el Gobierno acusa de apoyar al FUAC, sigue creciendo. Si en un comienzo el presidente de la República, Arnoldo Alemán, señalaba directamente al partido de la oposición, el titular de Gobernación (Interior), José Marenco, relacionó a Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, con los alzados. El periódico gubernamental afirmaba que la activista había mantenido una fluida correspondencia con dirigentes del grupo. Uno de los últimos informes elaborados por la ONG presidida por Núñez afirmaba que la policía y el Ejército estaban detrás de los asesinatos de tres ex cabecillas del FUAC ya desmovilizados, ocurridos a finales de 2000 en circunstancias no esclarecidas. Alemán ha bajado el tono de sus acusaciones en los últimos días, después de ser demandado por el FSLN por injurias y calumnias, y ha anunciado que la próxima reunión del Gabinete de Seguridad, formado por los ministros de Defensa, Gobernación y los jefes de la policía y el Ejército, se celebrará en Siuna el próximo 16 de mayo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.