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Europa teme que el escudo antimisiles la convierta en objetivo

China dice que el avión espía no volará a EE UU

Carlos Yárnoz

Los enviados especiales del presidente estadounidense, George W. Bush, han iniciado ya la ronda mundial de contactos para explicar a sus aliados la nueva estrategia de seguridad anunciada por Washington. Los embajadores de los países de la OTAN recibieron ayer detalladas explicaciones sobre las supuestas nuevas amenazas para la seguridad mundial. Varios representantes europeos expresaron su temor de que, si finalmente se desarrolla el escudo antimisiles, algunos países de Europa pueden acabar convirtiéndose en objetivos de lo que EE UU define como 'Estados irresponsables o gamberros'.

Al frente de una comisión estadounidense de seis personas, bautizada ya como 'la comisión del misil', acudieron ayer a la sede de la OTAN en Bruselas Marc Grossman, del Departamento de Estado, y Stephen Hadley, del Consejo de Seguridad Nacional. Grossman declaró tras el encuentro que había transmitido una idea básica: 'El mundo de 2001 no es el de 1972 [cuando se firmó el tratado ABM que consagró el principio de la destrucción mutua asegurada entre EE UU y la entonces Unión Soviética]. Rusia no es ya nuestro enemigo, pero han surgido nuevas amenazas frente a las que hay que colaborar juntos'.

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Los embajadores, según asistentes a la reunión, asumen ese principio general, pero mantienen sus reservas sobre cómo se debe reaccionar. Así, los emisarios de Bush expusieron ayer con gran detalle informes sobre la capacidad de fabricar o lanzar misiles por parte de Irán, Irak o Corea del Norte, cuáles son sus radios de acción, las ventas de tecnología coreana a Libia.

Pero los aliados expresaron sus dudas sobre si esos países suponen realmente una amenaza para el futuro y, aunque así sea, si no sería más conveniente abrir con ellos vías diplomáticas que aminoren esos potenciales riesgos, como la Administración de Clinton hizo en el caso de Corea del Norte. Varios representantes europeos insistieron en que sus países no se consideran hoy amenazados por esos Estados, pero quizá sí lo acaben estando si participan en el desarrollo del escudo que según EE UU incluirá bases de interceptores o radar en suelo europeo. Algún embajador también advirtió de que si Europa tiene que participar en el desarrollo del escudo, tendrá fuertes dificultades presupuestarias para acometer a la vez sus propios proyectos de defensa que tiene planificados. El propio Grossman afirmó que su Gobierno aún desconoce 'cómo, cuándo y cuánto'. Pese a las reticencias, los aliados valoran que EE UU cumpla su compromiso de mantener 'consultas' sobre cómo desarrollará su nueva estrategia. Eso sí, confían en que también lo haga con Rusia, cuya reacción es la que más preocupa a la UE, junto a la de China, el país más opuesto al proyecto porque teóricamente anularía la capacidad de sus misiles.

Por otro lado, el portavoz de Exteriores chino aseguró ayer que el avión espía estadounidense EP-3, retenido en la isla china de Hainan desde el pasado 1 de abril, no volará a Estados Unidos, informa la BBC.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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