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Un testigo inglés del saqueo de Cádiz

Editado un diario atribuido al comandante George Carew que narra el ataque anglo-holandés

En 1596, y siguiendo la cadena de ataques que durante la década anterior habían sufrido las costas peninsulares, la ciudad de Cádiz fue asaltada y saqueada por la flota anglo-holandesa -126 buques, 6.000 soldados- bajo el mando del conde de Essex. No se trata de ninguna revelación: dejando aparte el asedio napoleónico y las Cortes constituyentes de 1812, pocas cuestiones han concitado tanta atención de los historiadores gaditanos como ésta.

Muchos han sido los autores que se han ocupado del asalto desde que fray Pedro de Abreu escribiera su conocido y detallado Suceso del saco y toma de Cádiz por el inglés, considerado aún hoy la narración más fiable de los hechos. Incluso el propio Miguel de Cervantes, en sus Novelas ejemplares, dedica un soneto A la venida del inglés a Cádiz: '... tronó la tierra, oscureciose el cielo, /amenazando una total ruina, / y al cabo, en Cádiz, con mesura harta, / ido ya el conde, sin ningún recelo, / triunfando entró el gran duque de Medina', en alusión crítica al duque de Medina Sidonia, noble que tenía a su cargo la seguridad de la zona en el momento del saqueo.

Por otra parte, historiadores holandeses e ingleses han aportado sus propias versiones del asalto, lo que permite un estudio comparativo casi exhaustivo. Uno de estos últimos documentos, un diario de a bordo del buque Mary Rose, fue rescatado del olvido en 1983 por Stephen y Elizabeth Usherwood y editado por The Bodley Head. Ahora, bajo los auspicios del servicio de publicaciones de la Diputación de Cádiz, dicho libro ve la luz en español con el título El saco de Cádiz, ampliando la versión original con una serie de anexos y comentarios exegéticos enriquecedores.

El diario del Mary Rose se atribuye al comandante George Carew, un militar de tierra que, al intervenir en los consejos de guerra de la flota, gozaba de información de primera mano en todo lo relativo a la expedición. El manuscrito, redactado en un inglés primitivo que dificultó en un primer momento su traducción, pasó desapercibido durante siglos en un palacio de Canterbury (Reino Unido) como documento anónimo, hasta que un bibliotecario reconoció la autoría de Carew. Este hallazgo lo revalorizó y lo devolvió a la actualidad.

Las críticas de un fraile

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Para el estudioso Francisco Ponce Cordones, coordinador de la edición de El saco de Cádiz, la importancia de este diario reside 'en demostrar la exactitud de la versión española de fray Pedro de Abreu, un libro que no se pudo publicar en su momento, porque, al parecer, las autoridades españolas no salían muy bien paradas en él, y que permaneció 300 años sin imprimirse'. Según Ponce, el texto de Carew 'no desmiente en ningún detalle al de Abreu. Son, pues, dos versiones, una española y otra inglesa, coincidentes'.

De la operación militar anglo-holandesa se sabe que fue saldada con la toma de medio centenar de rehenes de entre los más notables que garantizarían el pago de 120.000 ducados exigido para salvar a la villa. 'Los rehenes fueron llevados a Inglaterra', explica Ponce, 'y devueltos paulatinamente a España'. Entre las anécdotas más espectaculares de este episodio, se cuenta que las galeras españolas, dotadas de una artillería insuficiente para combatir a los galeones invasores, huyeron por el caño de Santi Petri, rodearon la costa y vinieron a refugiarse en Rota. También resulta curioso el dato que asegura que las mujeres y los religiosos obtuvieron el permiso especial para embarcar hacia El Puerto de Santa María, 'lo que hizo que algunos ciudadanos se vistieran los hábitos para escapar', afirma Ponce.

En opinión del cuidador de la edición, la trascendencia del saco de Cádiz se explica al pensar que 'España, que no había sufrido hasta aquel momento un ataque verdaderamente serio, recibió de golpe una ocupación que cogió por sorpresa a Felipe II'. En el Reino Unido, no obstante, persisten las opiniones divergentes: lo que algunos califican de 'proeza de verano' es para otros 'el mayor acontecimiento de su tiempo'. Algunos comparan el saqueo de Cádiz en importancia histórica con el desembarco del día D en la II Guerra Mundial.

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