Las concentraciones de repulsa a ETA en Euskadi evidencian la división entre partidos
Otegi afirma que 'la condena es de cobardes' y pide 'menos lágrimas y más soluciones'
Esa división se repitió en las tres capitales vascas, e incluso en Lasarte, el municipio guipuzcoano de la anterior víctima, el edil socialista Froilán Elespe. Todos sus compañeros, con la alcaldesa, Ana Urchueguía, al frente, acudieron ante el consistorio pero ni el recuerdo del drama vivido allí fue suficiente para unir solidaridad y repulsa. Los ediles del PNV y de EA 'ni han venido a la manifestación', deploró un portavoz del Ayuntamiento.
Rotundo se expresó el rector de la UPV, la universidad pública vasca, Manuel Montero, al pedir a la sociedad que sea 'antifascista' el 13-M y rechace las 'opciones que sean incapaces de condenar' el atentado.
En las tres capitales, transcurridos los cinco minutos propuestos por la Federación Española de Municipios, populares, socialistas y UA abandonaron las escalinatas de acceso a los consistorios, dejando a los cargos nacionalistas y de IU sosteniendo la convocatoria del lehendakari, Juan José Ibarretxe.
En Vitoria, todos los partidos, salvo EH, habían consensuado una declaración institucional contra el atentado terrorista. Pero, aprobado el texto de repulsa, fueron incapaces de mantener la unidad virtual. La falta de condena de EH llevó al alcalde, Alfonso Alonso, a sentir 'vergüenza' de tener 'gentuza' así sentándose en el Ayuntamiento. 'El oficio de esta gente de HB es dar cobertura a ETA, multiplicar el terror de los asesinatos'. Los constitucionalistas recogieron la pancarta con el lema !Basta ya¡ y desaparecieron. Parte de los concentrados que se marchaban prorrumpieron en aplausos al grito de 'libertad' y lanzaron insultos, mientras los ediles del PNV y EA aguantaban en silencio diez minutos más.
En Bilbao, tres cuartos de lo mismo. Su alcalde, Iñaki Azkuna, no daba crédito. 'Lamento mucho que haya habido gente que se haya marchado', dijo.
Ibarretxe y su Gobierno observaron los 15 minutos de silencio ante la sede del Ejecutivo vasco con cientos de cargos y funcionarios. El portavoz del Ejecutivo, Josu Jon Imaz, dijo que ETA no logrará su objetivo de 'condicionar el proceso electoral'. 'Vamos a defender todos juntos la vida y la democracia', añadió.
Arnaldo Otegi, portavoz de EH, formación que nuevamente se negó a condenar el asesinato, arguyó que la 'condena es de cobardes' y pidió 'más soluciones para Euskal Herria y menos lágrimas de cocodrilo'.
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