Trabajadores del CIS exigen a su presidente que les defienda de las 'mentiras' del Gobierno sobre su trabajo

El comportamiento y las justificaciones del Gobierno ante la última encuesta electoral sobre el País Vasco, cuyos datos aún son desconocidos, ha desatado la rebelión entre los trabajadores del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el organismo dependiente del Ministerio de Presidencia que elabora las encuestas oficiales para el Gobierno. La mitad de los funcionarios del CIS, unos 50, se concentraron al final de su jornada de trabajo de ayer para improvisar una asamblea en la que mostraron su 'indignación' y 'malestar' ante las acusaciones y el 'cúmulo de injurias' vertidas estos días sobre su 'profesionalidad' como consecuencia de los argumentos ofrecidos por varios miembros del Gobierno sobre que el sondeo electoral de Euskadi no se podía presentar porque el trabajo de campo no se había terminado a tiempo por problemas de tabulación de los datos, como señaló el viernes el ministro portavoz, Pío Cabanillas. Tanto los entrevistadores y coordinadores que hicieron el trabajo de campo en el País Vasco (unos 60) como sus jefes directos en Madrid y también los funcionarios congregados ayer en la asamblea coincidieron en calificar como 'mentiras inaceptables' esas justificaciones.

Los trabajadores del CIS debatieron ayer durante una hora y media, en una asamblea sin precedentes en la historia de este prestigioso organismo, la situación de despretigio provocada por el Gobierno hacia el centro y concluyeron entregando una exigente carta con sus reclamaciones sobre las tres de la tarde en el despacho del presidente, Ricardo Montoro, que a esa hora ya se había marchado. Nadie contestó en la tarde de ayer en el despacho de Montoro, hermano del ministro de Hacienda.

Los empleados trasladaron en su escrito a Montoro una última oportunidad antes de exponer ya abiertamente a los medios de comunicación sus quejas. En la nota le exigieron que comparezca inmediatamente 'para salir en defensa de la profesionalidad y la competencia' de estos investigadores demoscópicos. El documento no contiene aún ninguna crítica directa a la actuación del Gobierno.

Participantes en la asamblea aseguraron que el trabajo de campo sobre la encuesta del País Vasco se entregó el lunes de la semana pasada y apuntaron que la labor de 'cocina' que habitualmente ejerce el presidente del organismo nunca tarda tanto tiempo. En el Ministerio de Presidencia afirmaron que el Gobierno ayer aún desconocía los resultados del sondeo. El Gobierno quiere entregar esos datos hoy confidencialmente a la oposición porque la ley ya no permite que se presenten públicamente. La oposición reclamó ayer la comparecencia en el Congreso del ministro Juan José Lucas para que explique esta polémica.