Libros como golosinas
La asociación ALIN obtiene el Primer premio de Fomento a la Lectura de la Consejería de Educación
Parece imposible en los tiempos que corren que la literatura infantil o juvenil pueda convertirse en seria competencia de la televisión, las videoconsolas, los ordenadores y derivados. Pero hay experiencias que demuestran que aún queda un gran espacio para la lírica. Eso sí, siempre y cuando el goce que reporta la lectura se transmita como eso, como un placer sin ningún tipo de imposiciones.
Introducir a los más pequeños en el mágico mundo de Alicia en el país de las maravillas o de Caperucita Roja a través de exposiciones que les permiten convertirse en protagonistas, proponerles listados de obras que realmente les puedan interesar o brindarles la oportunidad de conocer de cerca a escritores e ilustradores son algunas fórmulas que no suelen fallar.
Así lo avala, al menos, la experiencia de los Amigos del Libro Infantil (ALIN), una asociación almeriense nacida a finales de 1980 cuyo esfuerzo por acercar la literatura a los más pequeños acaba de ser reconocido por la Consejería de Educación con la concesión del Primer premio de Fomento de la Lectura.
Hace ya casi dos décadas que el Centro de Profesores de Almería promovió un grupo de trabajo sobre literatura. Algunas de las personas que participaron en ese proyecto decidieron entonces ir más allá y comprometer su tiempo libre en la difusión de la lectura entre los más jóvenes. Así nació ALIN que hoy cuenta con unos 40 socios entre los que se cuentan profesores, estudiantes o amas de casa.
En los inicios de aquella asociación fue fundamental el empuje de Marisa Zapata y María Jesús García, dos maestras que siguen siendo hoy el alma mater del grupo. 'Empezamos con esto porque nos gusta la literatura y queríamos contribuir al fomento de la lectura. Al principio nos dedicábamos sólo a la literatura infantil pero hemos tenido que ampliar el ámbito de actuación y ahora también nos ocupamos de la literatura juvenil y cada vez tenemos más actividades en los institutos', comentan las impulsoras de ALIN.
Ana Rossetti, Elvira Lindo, Martín Casariego, Fernando Lalana o Violeta Monreal son sólo algunos de los más conocidos autores que han participado en alguna de las decenas de actividades que la asociación lleva organizando desde 1988.
Los niños son los principales destinatarios de cualquiera de las ideas que pone en marcha la asociación. Pero en ALIN nunca olvidan el importante papel que en el fomento de la lectura deben cumplir los docentes y los padres, para quienes organizan actividades que les orienten.
Cada año se publican más de 5.000 títulos de literatura infantil y juvenil. Marisa Zapata y María Jesús García intentan conocer el mayor número de novedades posible para poder realizar después una buena propuesta a los chavales. Pero siempre desde un punto de vista atractivo. 'Nosotros nunca imponemos nada. Sólo realizamos sugerencias y para eso es muy importante conocer los gustos del niño. Después son ellos los que terminan enganchándose, sobre todo después de conocer a sus autores preferidos en los salones del libro que organizamos', explican.
Han logrado, a través de actividades tan sugerentes como Chocolate con libros, plantear la lectura como un placer similar al disfrute de una golosina. Y los más pequeños lo han entendido a la perfección.
La experiencia de esta asociación demuestra que a veces sólo es preciso prestar un poco de atención y poner los medios para acabar con reticencias injustificadas. Por eso, desde ALIN confían en que espacios como las bibliotecas escolares mejoren, 'porque es ahí donde debe darse el primer paso para que después el chaval se acostumbre a leer y a utilizar las bibliotecas públicas'.
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