Limpieza de corrales

El secretario de Política Municipal del Partido Andalucista, Juan Carlos Benavides, espera con ansiedad que esta semana el todavía compañero de militancia, Jesús Valenzuela, dé una respuesta formal a la advertencia que le han hecho para que renuncie a su acta de concejal en el Ayuntamiento de Granada y que posibilita el equilibrio del gobierno municipal.

Benavides sabe que Valenzuela va a rechazar la propuesta, tal y como lo ha avanzado ya días atrás, por lo que tendrá el camino libre para adoptar las medidas disciplinarias que tenía preparadas contra él. De este modo, el caso de Granada viene a servir de fiel ejemplo sobre la dinámica destructiva en la que se encuentra inmersa esta formación política.

Es ahora cuando se está viviendo el auténtico proceso de depuración, producto del anterior y raquítico congreso de Torremolinos en el que resultó elegido como secretario general Antonio Ortega que, a lo que se ve, ha preferido dejar en manos de sus colaboradores más cercanos, Javier Aroca, Juan Carlos Soriano y el mismo Benavides, la ingrata tarea de efectuar la 'limpieza de corrales', dura expresión que ellos prefieren emplear para referirse a esta fase.

Una catarsis para llegar a un partido nuevo y limpio de pachequistas. Un afán, en definitiva, de saneamiento que de momento sólo se está reduciendo al derramamiento de sangre sin que se descarte el resurgimiento de personajes ahora orillados y dispuestos siempre a pasar facturas por los servicios prestados para desencadenar la carnicería que se vive de forma permanente en este partido.

Así las cosas, los conflictos en el seno de la mal avenida siempre familia andalucista se sucederán a lo largo de los próximos días, sin descartar tampoco el próximo movimiento de Pedro Pacheco, objetivo final de tanta beligerancia desatada por los actuales dirigentes del Partido Andalucista.

Los contrincantes del alcalde jerezano tienen la vista puesta en las elecciones municipales que vendrían antes que las autonómicas. Una ocasión para la que confían en las propias siglas del PA para arañarle a Pacheco dos o tres concejales, al menos que, a la postre, resultarían vitales para la continuidad o no de éste en la alcaldía. Sería entonces su final. Por soñar que no quede.

Pero además entramos en una semana decisiva para determinar si finalmente habrá o no acuerdos entre el PSOE y el PP en relación a la Ley de Cajas de Ahorros. La situación es la siguiente. En las filas socialistas persiste en optimismo porque piensan que es posible el entendimiento sobre este tema clave de la actual legislatura. Los populares, en cambio, se molestan, incluso a que se haga referencia a ese acercamiento. No se sabe por qué razón pero hasta ahora para nada prefieren hablar de la posibilidad de llegar a un entendimiento que supondría, en todo caso, una buena foto tanto para la presidenta popular, Teófila Martínez, como para el propio Manuel Chaves.

El presidente andaluz aguarda, igualmente, con impaciencia la celebración de la que se espera sea la última reunión técnica que deberá dar luz a un nuevo acuerdo de concertación social. A tenor del resultado de los anteriores encuentros, no ha de haber sorpresas de última hora, así que se espera cerrar un consenso más entre sindicatos, patronal y administración.

Y ahora que se va el submarino nuclear británico Tireless será cuestión de hablar de otras cosas, dando así respuesta a la pregunta que se hacía, con la ironía y el humor que le ha caracterizado en este asunto, el presidente del Gobierno José María Aznar. Por ejemplo, será cuestión de hablar de revitalizar de una vez por todas esa Comarca del Campo de Gibraltar, o del nuevo sistema de financiación autonómica aún por negociar, ante el inminente Consejo de Política Fiscal.

También, cómo no, se podría hablar del venidero debate sobre el estado de la comunidad que ha de afrontar un Chaves que todavía no ha despejado las dudas sobre si va a efectuar o no cambios en el Gobierno.