Agricultura ecológica

Si dentro de la agricultura andaluza hay un sector en el que sus producciones tienen la máxima calidad y están estrictamente controladas, ese es el de la agricultura y la ganadería ecológicas. Si hubiera que buscar un organismo de control autónomo, público e independiente para esas producciones, ese es el Consejo Andaluz de la Agricultura Ecológica (CAAE), con una trayectoria impecable hasta la actualidad. Entonces, ¿qué oscuros intereses se encuentran detrás del cambio en la normativa andaluza de la agricultura ecológica que, gracias al consejero Paulino Plata, va a permitir a partir de ahora que una empresa privada, de capital francés, certifique las producciones agroecológicas en nuestra comunidad?

Creo que dejar en manos privadas la certificación de este tipo de producción es como poner a Drácula a custodiar un banco de sangre; una empresa va a lo que va, mientras que el CAAE, organismo público de control que hasta ahora ha funcionado a la perfección, garantiza la neutralidad e independencia de esa certificación ecológica, concediéndosela a quien verdaderamente la merece, pues carece de ánimo de lucro.

Un sector como el ecológico en Andalucía, organizado, independiente y transparente, que ha hecho prácticamente en solitario todo el esfuerzo de poner en valor sus producciones, abrir mercados y generar un movimiento rural alternativo a la agricultura intensiva y degradante, merece un respeto.

Merece cuanto menos que Paulino Plata lo llame a consultas antes de poner en marcha una medida tan importante, a la vez que peligrosa, como la de homologar a una empresa privada para que pueda certificar sus producciones. Mientras tanto, habrá que encomendarse a todos los santos para que esa empresa francesa homologada por el consejero promocione nuestros productos y pelee en los mercados internacionales por la 'marca andaluza'. Ah, por cierto, ¿no eran la Junta de Andalucía y el PSOE los que garantizaban 'lo público' en nuestra tierra?