Montesinos pierde 'atractivo'
La presunta e insólita muerte del ex asesor de seguridad peruano Vladimiro Montesinos, anunciada por el diputado oficialista Pedro Carreño, un ex escolta del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha tendido un manto de silencio e inactividad en las autoridades policiales venezolanas después de la intensa operación de captura que se realizó el domingo pasado en una finca en el centro del país; en ella se llegó a movilizar un avión de la Fuerza Aérea Peruana para llevarlo de regreso a Lima. El avión y la comitiva del ministro del Interior de Perú, Antonio Ketín Vidal, regresaron con "las manos vacías", como aseguró su homólogo venezolano, Luis Miquilena, pero quedaron las dudas sembradas en torno del misterio de su paradero y del cumplimiento del compromiso que acordaron ambos ministros de intercambiar información y continuar con la búsqueda y captura del prófugo ex asesor de seguridad del ex presidente Alberto Fujimori.
Hace 26 días, el diario caraqueño El Nuevo País publicó las fotografías de Montesinos previas a una operación de cirugía plástica en el rostro que presuntamente se le había practicado en diciembre pasado en una clínica de Caracas. Esta información desató una frenética búsqueda, ante los indicios de que pudiera continuar en territorio venezolano amparado por sus cómplices; entre ellos, dos agentes policiales peruanos, dos médicos cirujanos, dos abogados y dos ex golpistas venezolanos. Como era de esperar, ninguno de los colaboradores señalados que interroga la Fiscalía General de Venezuela ha confesado tener vínculos con el hombre más buscado por las policías de los dos países, especialmente cuando el fiscal Isaías Rodríguez, ex vicepresidente de Venezuela, afirma que sólo busca el extravío del pasaporte venezolano de Manuel Antonio Rodríguez Pérez que Montesinos utilizó ilegalmente para inentrar en el país en diciembre pasado.
El cerco policial que se le tendió desde la semana pasada cobró mayor interés cuando el ministro peruano Ketín Vidal anunció una recompensa de 5 millones de dólares por la pista de Montesinos, después del acuerdo logrado con su homólogo Miquilena, lo cual a su vez ha puesto a muchos informantes y policías a pescar en río revuelto y a los periodistas, a correr tras sus huellas.
Nuevamente, el caraqueño El Nuevo País y el limeño El Comercio, con sus periodistas Patricia Poleo y Miguel Ramírez, fueron a cubrir la captura de Montesinos el fin de semana pasado en el Hato Piñero, situado en el estado Cojedes, vecino de Carabobo, en el centro de Venezuela, avisando previamente a las policías de los dos países para que coincidieran en el lugar al mismo tiempo para detener al prófugo. Sin embargo, algún delator habría alertado sobre el cerco policial y Montesinos -o alguien parecido a él recordando su cambio de rostro-, al parecer, desapareció otra vez; habitantes del Hato Piñero aseguran haberlo visto, pero el dueño de la finca, Antonio Julio Branger, niega que el prófugo peruano haya estado en su propiedad. Tanto Miquilena como Ketín Vidal estuvieron en el aeropuerto de Valencia, capital de Carabobo, a 22 kilómetros del Hato Piñero en Cojedes, esperando que apareciera Montesinos esposado desde el sábado por la noche (hora local) hasta el domingo pasado. Pero sin resultados.
El director de la Policía Técnica Judicial (PTJ), Miguel Dao, acusa a los periodistas Patricia Poleo, de El Nuevo País, y Miguel Ramírez, de El Comercio, de ser "los responsables de que Montesinos se haya fugado nuevamente, porque nos avisaron muy tarde". Los críticos, sin embargo, señalan que fueron los agentes de la PTJ quienes llegaron tarde al Hato Piñero, porque su helicóptero no tenía combustible, a lo que Dao responde: "Intentan desacreditarme por un pequeño retraso de combustible, pero puedo asegurar que ese hombre no estaba ahí. Todo es una farsa. Hay muchos cazarrecompensas". Sin haberse cerrado la segunda captura fallida en Venezuela (la primera fue cuando supuestamente se hizo la cirugía plástica en diciembre), al día siguiente, el lunes pasado, el diputado del oficialista Movimiento V República (MVR) Pedro Carreño, miembro de la comisión de política exterior y ex escolta del presidente Chávez, sorprende con su anuncio en el caraqueño El Mundo de que Montesinos fue asesinado hace dos meses y medio en Lima por militares peruanos, según un informante de ese país, algo que supuestamente "sabía el canciller Javier Pérez de Cuéllar".
El diputado Carreño asegura tener pruebas de la muerte de Montesinos pero solamente las dará a la prensa peruana. Afirma que fue asesinado en la base aérea de Las Palmas (Chorrillos), sede de la Inteligencia del Ejército peruano. Dice que en enero de este año los militares peruanos le tendieron una trampa para despojarlo de su fortuna, depositada en cuentas externas, que puede ascender a unos 250 millones de dólares, según el procurador peruano José Ugaz.
El diputado Carreño afirma que Montesinos cayó en la trampa. "Fue inducido a creer en Panamá que si proporcionaba el financiamiento para el autogolpe de Fujimori se desestabilizaría aceleradamente a éste y, a su regreso secreto a Perú, se produciría su golpe de sobreviviencia". Añade que "le hicieron firmar papeles, con lo cual pudieron movilizar y vaciar sus cuentas bancarias, y luego lo mataron". Los periodistas no dan crédito a la versión de Carreño, quien se ríe cuando le preguntan burlonamente si él se lo cree. Unos dicen que es un cuento chino; otros, que Montesinos "está muerto, pero de risa" y el resto opina que el Gobierno ordenó difundir rumores sobre su 'muerte' para desviar la atención pública. Pero Chávez sostiene que Carreño es una persona "seria", aunque prometió que, si se le llega a encontrar, sería entregado de inmediato a las autoridades peruanas con la cirugía o el camuflaje que sea y "aunque esté disfrazado de árbol". Lo cierto es que la insólita 'muerte' de Montesinos ha bajado la guardia de la policía venezolana.
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