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Problemas de visión

El sexto toro salió al albero manseando, como todos. Parado en el centro del ruedo, fueron Eugenio de Mora y sus subalternos a por él.

El animal, que no quería embestir, a punto estuvo de llevarse por delante a uno de los banderilleros en un arreón. Y mientras se abalanzaba a por el peón, en su arrancada levantó del suelo un chino que fue a meterse en el ojo izquierdo del matador.

Cuando pasó el susto por el revolcón que sufrió, la plaza advirtió que Mora recibía las atenciones de media docena de personas en el callejón, donde le vaciaron lo menos media botella de agua en el ojo lastimado.

Su hermano y mozo de espadas le aplicó colirio para rebajar el dolor que sufría Mora por el golpe.

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Fiesta morucha

Con la visión perdida, y con el ojo irritado, el diestro toledano no pudo lidiar al toro durante el primer tercio y dejó la brega en manos de su cuadrilla. El tercio de banderillas le sirvió a Eugenio de Mora para recuperarse definitivamente y poder iniciar la faena de muleta.

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