Calidad de vida y ruido
¿Quieres saber la razón
De que a menudo me vaya
A mi modesta campiña,
A mi reducida casa
Que en Nomento poseo?
Marco Valerio Marcial
El problema del ruido en nuestras ciudades ha constituido desde hace mucho tiempo un motivo de reflexión y preocupación por su incidencia en la calidad de vida de los ciudadanos. Gracias a poetas satíricos como Marcial que dejaron para la posteridad textos como el arriba reproducido hemos alcanzado un conocimiento profundo de la vida cotidiana en la antigua Roma. Y habla ya Marcial y con él otros autores como Séneca de los golpes de los caldereros, de los gritos de los mercaderes, de las risotadas de la turba transeúnte, de las horas perdidas de sueño...
Son escenas cotidianas de la vida de un ciudadano romano del primer siglo de nuestra era y cotidianas también, desgraciadamente, en la vida de un ciudadano valenciano de nuestra época. La herencia latina no siempre fue positiva. Hoy, 25 de abril, celebramos el 6ª Día Internacional de Concienciación contra el Ruido. Una buena fecha y un mejor motivo para reflexionar sobre el considerado por los habitantes de nuestra Comunidad como segundo problema ambiental más importante.
El desarrollo de nuestras sociedades ha traído consigo un considerable aumento de la calidad de vida de los individuos que la componen. Pero a la vez determinadas facetas o aspectos del mismo han producido el efecto contrario, provocando molestias que las administraciones, en nuestras responsabilidades públicas, debemos intentar atajar.
El ruido es una de las principales consecuencias negativas que el modelo de vida ampliamente implantado en nuestra sociedad ha generado. Una sociedad urbanita, activa y mediterránea. Una sociedad que, en los últimos veinte años, ha visto duplicada la cantidad de ruido producido como consecuencia del incremento de la densidad de la población en las zonas urbanas, la mecanización de gran parte de las actividades humanas y la creciente utilización de los vehículos a motor.
La ciudad constituye en nuestros días el hábitat de casi el 85% del total de la población. Y ese hábitat se ve amenazado por determinados agentes entre los que destaca el ruido. Éste es el contexto en que se sitúa la voluntad del Gobierno valenciano de aprobar durante la presente legislatura un texto legal que fije el marco de la actuación pública en la lucha contra el ruido. Actuación que persigue un objetivo claro: mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de la Comunidad. Con ese objetivo, el Gobierno valenciano, a través de la Consejería de Medio Ambiente, ha elaborado un anteproyecto de ley moderno y novedoso. El texto incorpora las propuestas recogidas en los proyectos comunitarios más avanzados, en concreto de la futura Directiva sobre Evaluación y Gestión del Ruido Ambiental, introduciéndolas en su articulado y adelantándose con ello varios años a su entrada en vigor en nuestro país. Con la futura ley, la Comunidad dispondrá, sin lugar a dudas, de la normativa más avanzada de todo el Estado.
Esta normativa tiene un marcado carácter municipalista. El ruido es por su propia naturaleza un problema local. Ello obliga a que sea la Administración más próxima al ciudadano quien deba, fundamentalmente, hacerle frente con los instrumentos (Planes y Ordenanzas) que la Generalitat a través de su capacidad legislativa pone a su disposición, garantizando de ese modo una cobertura legal a sus actuaciones y uniformando éstas en todos los municipios de la Comunidad. El anteproyecto plantea la actuación pública en la lucha contra el ruido desde una doble perspectiva. Por un lado, establece unos elementos preventivos con los que evitar la aparición de los problemas. Para ello la ley fija unos efectivos mecanismos de coordinación entre el planeamiento urbanístico y la planificación acústica. En este sentido, se crea la figura de los Planes Acústicos Municipales (PAM) como instrumento de planificación obligatorio en todos los municipios de más de 20.000 habitantes y voluntario en el resto. Los PAM incluyen dos documentos: Uno de diagnóstico, los mapas acústicos y otro de actividad, los programas de actuación.
Junto a este aspecto preventivo, el texto, conocedor de la realidad, fija instrumentos de reacción ante las situaciones problemáticas ya existentes. Para hacer frente a éstas, se recoge en el articulado de la ley la declaración de Zonas Acústicamente Saturadas como herramienta eficaz de respuesta rápida ante la detección de problemas, flexible en su vigencia y determinada en la consecución de un objetivo: la recuperación de los niveles sonoros regulados para cada zona en el propio texto legal. En paralelo fija el texto un completo régimen de inspecciones, infracciones, y sanciones tendentes a garantizar el cumplimiento de los estándares de calidad que la propia norma fija. Pero con ser importantes estos instrumentos coercitivos, el espíritu de la ley pasa por la necesaria concienciación social para con el problema del ruido en nuestras ciudades. Su resolución no depende exclusivamente de la aprobación de una normativa. Nuestro compromiso no puede ni debe detenerse ahí. El campo de acción que nos planteamos es mucho más amplio. Estamos ante cuestiones sociológicas que, trascendiendo de la elaboración de un texto legal, resultan de la propia evolución del tiempo y de los comportamientos.
Todos, Administración, propietarios de actividades, usuarios o simples ciudadanos, debemos sentirnos obligados a modificar determinados hábitos de conducta diaria. Éste es el debate que, desde la consejería, pretendemos suscitar a través de las reuniones que venimos celebrando con colectivos como municipios o vecinos y los que seguirán en el futuro en el marco de la tramitación del anteproyecto de ley. El reto pasa por fomentar una nueva cultura ciudadana a través de la aplicación de nuevos instrumentos de educación ambiental. El anteproyecto así lo prevé en el denominado Plan de Acción Autonómica concebido como herramienta educacional. Pero no me cansaré de repetir que la ley no constituirá nunca un fin en si mismo si no una herramienta para la consecución de los objetivos anhelados.
Creo que hoy es una fecha excelente para recordar su importancia y lanzar el debate a la sociedad. Un día como éste en el que celebramos el Día Internacional de Concienciación contra el Ruido constituye un marco insuperable para llevarlo a cabo. Es trabajo de todos que la solución al problema no tenga que pasar por la vía expeditiva a la que, desgraciado él, tenía que recurrir, hace ya 20 siglos, Marco Valerio Marcial y que le llevaba a escribir: 'Mas a mi gozar de sueño no dejan las risotadas de la turba transeúnte y toda Roma se halla próxima a mi cabecera. Así, cuando lleno de ansias quiero dormir, marcho al punto a mi casa de la campiña nomentana'. Como consejero de Medio Ambiente ello significaría renunciar a los principios recogidos en el anteproyecto de ley y en torno a los cuales, el Gobierno valenciano, con la colaboración de todos los ciudadanos, va a articular su política contra el ruido para favorecer una mejora en la calidad de vida en nuestra Comunidad.
Fernando Modrego es consejero de Medio Ambiente de la Generalitat.
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