La salida del mallorquín le costaría al club 500 millones
Llorenç Serra Ferrer, ex entrenador del Barcelona, vivirá a partir de hoy una situación extraña: es, por contrato, director técnico del club, pero no tomará ninguna decisión. El presidente, Joan Gaspart, le invitó ayer a reflexionar sobre su futuro en los dos meses que restan de temporada. Pero todo indica que ambas partes han abierto un paréntesis para discutir la rescisión del contrato. La directiva recurrió ayer al abogado laboralista Leopoldo Hijós y Serra Ferrer a un letrado propio para discutir, sin éxito, las condiciones estipuladas en el documento. La rescisión del contrato le puede suponer al club 500 millones de pesetas.
La situación contractual del mallorquín es enrevesada. Serra Ferrer, que dijo entender la destitución aunque no la compartió -estaba seguro de poder reimpulsar al equipo- fichó en 1997 como responsable del fútbol-base y firmó hasta 2004 por una ficha de unos 125 millones de pesetas al año. Pero cuando asumió el banquillo pasó a disfrutar de otras condiciones: 250 millones al año mientras se le prorrogaba (hasta 2005) otro curso el contrato original. Ahora le restan cuatro años por cumplir como técnico del Barça.
Bakero, ex jugador azulgrana y hasta ahora ayudante de Serra Ferrer, pasará a ejercer otras funciones dentro del club mientras que Josep Alomar, preparador físico, quedará ligado al destino final del mallorquín. El único miembro del cuerpo técnico que continuará en el primer equipo será el entrenador de porteros, Frans Hoek, llegado con Van Gaal.
