Porcentajes de libertad
Recientemente, el Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía (IESA), organismo tutelado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y por la Junta de Andalucía, ha hecho público los resultados de una encuesta efectuada a los andaluces respecto a la situación social que perciben en nuestra comunidad autónoma. En la misma se pone de manifiesto que la mayoría de los encuestados califica la evolución social como 'regular', siendo el aspecto mejor valorado por los andaluces el de las obras públicas y el peor valorado el de la educación.
El balance negativo que los encuestados hacen de la educación en Andalucía se sustancia en problemas concretos: dificultades en el proceso de elección de colegio, cambio de centro y actividades extraescolares. El estudio muestra que los padres de alumnos están a favor de la libertad real de elección de centros públicos y concertados, y mayoritariamente a favor de la financiación de los centros.
Una de las cuestiones que los andaluces detectan como más deficiente es la dificultad para elegir el centro para sus hijos. Pero la Consejería de Educación, en vez de ser sensible con esa demanda, sigue tercamente la dirección contraria: cada vez dificulta más esa elección real de centro.
La Administración educativa andaluza sigue fomentando actuaciones que disminuyen progresivamente el porcentaje de alumnos escolarizados en centros concertados y privados. En el curso 1991/92 este porcentaje era de un 24,5%, y en 2000/01 es de un 22,4% (datos del Consejo Escolar de Andalucía).
De manera similar está actuando respecto a la concertación de la educación infantil; mientras en todas las demás comunidades autónomas los respectivos gobiernos ya han establecido fórmulas diversas de financiación de este nivel educativo, en Andalucía se actúa en dirección contraria.
Desde USO manifestamos nuestra satisfacción por el hecho de que la sociedad andaluza sea capaz de reclamar mayores niveles de libertad y de pluralidad. Pero, a la vez, expresamos nuestra preocupación por el hecho mismo de esa reclamación, que podría expresar también un déficit en cuestiones esenciales para una sociedad democrática, como la que defendemos.-
