Sombras en el 'milagro argentino'
¿Qué queda del mítico fútbol argentino? Sin calidad de juego en los campos, sin pasión ni público en las tribunas, los clubes al borde de la quiebra, los futbolistas a punto de ir a la huelga como medida de fuerza para reclamar el pago de deudas situadas en 100 millones de dólares, y Julio Grondona, el presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), investigado por denuncias de "malversación de fondos y enriquecimiento ilícito".
¿Qué queda? La selección nacional, integrada por los extranjeros y bajo la conducción del entrenador Marcelo Bielsa, que se mantiene embarcada en la disputa de las eliminatorias para la Copa del Mundo y navega lejos de todo.
Allí van los náufragos y sobrevivientes recogidos en Europa a jugar esta semana contra Bolivia. Ese reducido grupo de estrellas como Batistuta, Crespo, ahora Esnáider, más Verón, Simeone, Ayala, Vivas, Samuel y los demás, es el resto de la historia. Son la cara que todavía puede vestirse orgullosa con la camiseta celeste y blanca. Ellos saltan al campo y disimulan fuera la tragedia que se avecina, el final de un sistema absolutamente corrupto derrumbado entre denuncias, amenazas, peleas y escándalos. El sindicato de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) podría ir a la huelga el próximo fin de semana si la AFA no informa sobre las deudas que los clubes mantienen con los jugadores y se comprometen a una forma de pago.
El popular Boca, uno de los clubes más poderosos del país, el que más títulos ganó y el que más jugadores vendió en las últimas dos temporadas, se apunta en la lista con más de 8.400.000 dólares de salarios y premios impagados a la plantilla. Los compañeros del equipo ruegan para que Riquelme acepte la oferta del Barcelona. Si se marcha, los directivos del Boca prometen pagar parte de la deuda en cuanto cobren la primera cuota del traspaso.
Según el sindicato, la suma adeudada por los clubes de la primera, segunda y tercera división a sus jugadores profesionales, sin contar entrenadores, médicos, preparadores físicos y demás colaboradores, se estima en unos 100 millones de dólares.
Sergio Marchi, secretario general de FAA, advierte: "Estamos en asamblea permanente, los plazos no son muy largos. El pasado 15 de marzo reclamamos a la AFA para que informe sobre el estado de la deuda y los responsables todavía no respondieron. En un par de días vamos a decidir que medidas tomamos, así no podemos seguir".
A esas reclamaciones, los directivos contestan con el informe sobre pasivos que se han descontrolado. Un club como el Vélez, considerado el sexto grande del fútbol argentino y un modelo de administración en los últimos veinte años, cerró el ejercicio de la pasada temporada con un déficit de 20 millones de dólares. El vicepresidente Juan Carlos González explica que "las bajas recaudaciones y el estado general de la economía son el gran problema. Si Boca recauda una miseria, eso es una muestra de lo poco que genera la taquilla".
Traspasos
El Vélez tuvo la suerte de traspasar al mediocampista Castromán a la Lazio de Italia por ocho millones de dólares. El Lanús, otro de los destacados por la prudencia de su presupuesto, pero que ahora no tiene nada para vender, prepara el llamado concurso preventivo de acreedores, paso previo a la quiebra.
El promedio de los pasivos de los clubes de la primera división es de 20 millones de dólares. Los directivos coinciden en que "la única forma de reducir la pérdida es con la exportación masiva de jugadores".
Pero, ¿de cuántos? La calidad de los futbolistas no es un recurso renovable. No sale un Maradona todos los días, ni siquiera un Simeone. Ahora mismo sólo hay clubes interesados por tres jugadores, Riquelme, del Boca; Saviola, del River; y Ezequiel González, del Rosario Central.
La AFA consiguió el patrocinio de la petrolera española Repsol YPF con un contrato de 3.500.000 dólares hasta el año 2002, pero debe recurrir a la empresa Torneos y Competencias (TyC) para mantener el sistema funcionando. Julio Grondona concedió a TyC los derechos de retransmisión de los partidos por televisión hasta el año 2014, según un contrato que impulsó la denuncia por la que ahora le investiga un juez. La empresa TyC paga sólo 64 millones de dólares al año por los derechos y ahora ofrece diez millones más si le permiten emitir en directo un quinto partido por semana.
Los directivos de los clubes no ocultan su indignación. González, el vicepresidente del Vélez, compara las cifras y dice: "En Europa la televisión da solvencia a los clubes, aquí los clubes son los que solventan el negocio de la televisión, eso no puede ser y hay que cambiarlo de alguna manera". Desde el humilde Chacarita, el vicepresidente Armando Capriotti es aún más duro: "Hay dirigentes que no tienen huevos para luchar por lo que corresponde. Boca y River se llevan toda la plata y los demás nos tenemos que conformar con lo que queda".
Pero los directivos de los clubes no son inocentes. Las sociedades "sin fines de lucro" que defienden, les han permitido una administración sin control de la que se han aprovechado muchos de ellos para beneficio propio. Julio Grondona, un modesto comerciante del barrio de Sarandi que se inició como dirigente en el club del barrio, se transformó en uno de los hombres de mayor fortuna personal del país desde que llegó a la presidencia de la AFA hace veinte años. Ahora tendrá que explicar ante los jueces como logró ese milagro argentino en medio de un país que se desplomó económicamente.
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