Educación suprime la selectividad en su reforma universitaria

La selectividad, la prueba que durante tres décadas ha angustiado a tres millones de estudiantes, va a desaparecer. La ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, dio a conocer ayer al Consejo de Universidades las líneas maestras de su reforma universitaria, que incluye la supresión de la selectividad y su sustitución por pruebas específicas que determine cada universidad. Los futuros estudiantes deberán probablemente someterse a una reválida, que regularía otra ley. Los cambios se prevé que se produzcan en el año 2004.

La ministra desvaneció en parte los temores a un fuerte control político sobre los centros universitarios al asegurar que la figura del rector será reforzada y confirmar que será elegido mediante voto directo, aunque ponderado, por profesores, estudiantes y personal administrativo. El órgano de gestión que se crea, el consejo de gobierno, estará presidido igualmente por el rector y dos tercios de sus componentes serán miembros de la comunidad universitaria.

Pilar del Castillo confirmó que todo profesor titular o catedrático será seleccionado por un tribunal nacional. Una vez pasada la prueba, cualquier universidad que tenga disponible una plaza adecuada podrá contratarlo. Al suprimir los actuales tribunales de cada universidad se pretende incrementar la movilidad y reducir la endogamia.

La ley creará dos tipos de profesores no funcionarios. El ayudante doctor, previsto para jóvenes que podrán ser contratados por un máximo de cuatro años, y el profesor contratado doctor, que deberá acreditar dos años de actividad docente o investigadora.

El presidente de la Conferencia de Rectores, Saturnino de la Plaza, criticó 'la imprecisión' de las propuestas y reclamó un borrador del proyecto. Carme Chacón, secretaria de Educación del PSOE, opinó que lo que pretende el Gobierno no es suprimir la selectividad, sino sustituirla por dos pruebas: una reválida y la prueba de acceso de cada universidad.