El pianista que hermana músicas
El dominicano Michel Camilo asegura que se alimenta del mestizaje horas antes de tocar en Bilbao con Tomatito
Michel Camilo llegó ayer a Bilbao, donde actúa esta noche (21.00) en el claustro del Museo Diocesano junto a Tomatito, como embajador del 'mestizaje'. Con una permanente sonrisa en la boca y exquisitas maneras, el pianista dominicano no dudó en calificarse como 'una esponja que va adquiriendo cultura' y tiene 'la mente abierta a todas las corrientes'. Y tampoco tuvo reparos para revelar que su afición por el flamenco es anterior a su encuentro con el guitarrista español, con quien ofrece el concierto Del Caribe al Mediterráneo.
'Había escuchado flamenco de pequeño, en Santo Domingo, y desde siempre trataba de acercarme lo máximo posible a ese mundo. Ir conociendo gente, aprender un poco más y entender cómo son los palos y el compás. Ese amor venía con el ingrediente extra de haber visto lo bien que le quedó a Miles Davis su disco Sketches of Spain o a Chick Corea My spanish heart', asegura un músico que en los inicios de su carrera no soñaba con llegar tan alto. Ni él ni sus padres: 'Estudié Medicina tres años y medio porque la familia me decía: 'Músico no, que los músicos lo tienen muy difícil en la vida. Es una vida muy bohemia y no vas a producir dinero. ¿Cómo vas a vivir?'
Hacerse un hueco importante en el universo de la música no es tarea fácil, y menos si se vive en una isla, así que él recomienda a los músicos de su país atreverse a cambiar de aires. 'Allí se pueden ganar la vida muy bien tocando los bailes y tocando shows, pero deben salir para que se conozca más lo que hay. Aparte del merengue, hay ciertas músicas y ritmos, como el gagá, los palos, la mangulina o la salve, que no se conocen fuera', indica el artista, afincado en Nueva York desde 1979.
La fusión de jazz latino, estilo con el que saca sus raíces a flote, y flamenco ocupa ahora buena parte del tiempo de Michel Camilo, pero el prestigioso pianista no ha renunciado a su trío de jazz. Además, ha compuesto un concierto para piano y orquesta, en tres movimientos, que verá la luz en un próximo disco.