Pacto
Incrementar el gusto por la lectura en Andalucía tiene un precio: más de mil millones de pesetas anuales. Ese es el cálculo que hace el presidente de la Asociación de Editores de Andalucía, que no ha explicado cómo ha echado las cuentas.
El prodigio de hacer leer al 43% de andaluces que jamás ha visto un libro es algo que, por lo visto, está al alcance del pacto que el próximo lunes, con toda la pompa, firmarán en Sevilla representantes de la Junta, editores, libreros, distribuidores, sindicatos, patronal, RTVA y Federación Andaluza de Municipios y Provincias.
No conozco ninguna campaña de fomento de la lectura que haya dado resultado: arraigar las buenas costumbres es algo que lleva tiempo. En cualquier caso, el método elegido por la Junta sí parece original. Está por ver que sea efectivo.
Aparte de que va a costar más de mil millones al año, poco más se sabe de lo que han podido pactar la Junta, los editores, los libreros y distribuidores, los sindicatos, la patronal, la RTVA y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. Sí se sabe que no se ha pedido la opinión a los escritores -al menos, a ninguno que yo conozca- y que sólo se cuenta con éstos como espectadores de la ceremonia.
No es que los escritores sepan mucho sobre el fomento de la lectura, pero al menos se les supone tan enterados como los sindicatos, la patronal o la Federación de Municipios, e incluso que los propios editores andaluces, que, a la vista de sus escasos éxitos, no han de tener tampoco las cosas muy claras.
Este pacto parece una mutación de otro anunciado por la consejera de Cultura a finales del pasado mes de septiembre. Entonces se llamaba Pacto Andaluz por el Libro y pretendía, según se anunció, reforzar las ayudas públicas al sector y fomentar la lectura.
Ahora ya nos vamos barruntando en qué se pueden gastar los millones. Lo que no está nada claro es qué relación existe entre el aumento de las subvenciones a los editores andaluces y el fomento de la lectura. Libros ya hay muchos en las librerías. No es por falta de libros por lo que no se lee. ¿Se animaría la gente a leer más si los libros estuvieran editados en Andalucía? No parece probable. Tampoco parece probable que los editores se hagan más emprendedores por el hecho de estar más subvencionados. No hace falta ser un convencido ultraliberal para sospechar más bien lo contrario.
Según anunció el presidente de la Asociación de Editores de Andalucía, también se pretende 'promover la actividad creativa'. No explicaba cómo. Desde luego, espero que no sea también a base de subvenciones. De todos modos, no tengo la impresión de que en Andalucía falten escritores: hay muchos y muy buenos. Pero es improbable que aumentando el número de escritores se incremente el número de lectores.
Como se ve, el pacto parece excesivamente difuso. Lo único evidente es que hacen falta mil millones al año. El nombre del pacto, eso sí, está muy logrado. Se puede componer con él un bonito pie de foto: 'El presidente Chaves firma el Pacto por la Cultura'. Quizá se trate de eso.
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