Ricard Terré exhibe sus fotografías sobre el alma en la Photogalería
El fotógrafo barcelonés Ricard Terré ha dedicado casi medio siglo de vida profesional a inmortalizar la verdad del gentío, y, para conseguirlo, se ha zambullido en rituales como el carnaval o la Semana Santa, con la muerte y los niños en primer plano. Terré aspira a retratar el alma humana -según los programadores de la Photogalería, donde presenta ahora parte de su obra-, para lo cual fotografía de frente, sin ocultar la cámara, convive con los protagonistas y comparte la fiesta o el rito de turno.
'No camufla los defectos de la realidad, y así inmortaliza, por ejemplo, la mirada dulce de una niña bizca en su primera comunión o la alegría de varios chavales con deficiencias psíquicas, sin la perspectiva de la conmiseración', afirman los responsables de la exposición. En cuanto a su gusto por el carnaval, se debe a que 'cree en la posibilidad que la máscara y la festividad brindan a las personas de mostrarse tal y como son, sin los convencionalismos impuestos'. De ahí que se fije también en los niños, 'porque se comportan de forma natural, sin necesidad de máscaras', dice Terré. Y en la escenificación religiosa busca 'el drama íntimo del ser humano'.
La cruz está presente en casi todas las fotos, bien sea como objeto en brazos de nazarenos, mujeres, jóvenes sonrientes o niños desconcertados, bien como postura carnavalesca. Terré prefiere el blanco y negro y busca 'cierta teatralidad en la disposición de los elementos, como en un espectáculo', según los programadores.
Retrospectiva de Ricard Terré. Hasta el 24 de abril, en la Photogalería (Alameda, 9). Entrada libre.
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