La limitación del trasvase del Ebro a ocho meses alterará la gestión de todos los ríos valencianos

La nueva cortapisa al trasvase de aguas del Ebro, introducida inicialmente por los nacionalistas catalanes y secundada con la misma redacción por el PP, complicará la gestión de todos los ríos que cruzará el canal en territorio valenciano porque forzará la utilización de los actuales embalses para almacenar el agua en invierno y garantizar la oferta entre los meses de junio y septiembre.

Juan Valero de Palma, portavoz de la Unión Sindical de Usuarios del Júcar, explica que 'la demanda en destino se produce en verano, tanto la agrícola como la urbana', de modo que, si se limita el aporte de aguas del Ebro a los meses comprendidos entre octubre y mayo, 'no habrá más remedio que utilizar las presas actuales para regular' esos caudales y garantizar la oferta durante el periodo estival.

'La gestión se complica muchísimo', advierte. Las presas del río Millares, Sitjà, María Cristina, Tous o Escalona y el futuro embalse de Villamartxant, previsto en el PHN, tendrán que acumular aguas del Ebro a lo largo del invierno, al margen de las procedentes de sus propias cuencas.

El volumen conjunto de todas los embalses permite acumular los 315 hectómetros cúbicos de agua que debe recibir el Júcar y los 450 destinados al Segura, pero forzará una revolución de la gestión de los recursos propios y los trasvasados para salvar los problemas derivados del sobreprecio del agua procedente del Ebro y establecer rigurosamente a quién corresponde asumir ese exceso de coste. Además, la limitación temporal del trasvase obligará a ampliar un tercio la capacidad de las conducciones del trasvase hacia el sur, para que en ocho meses se puedan trasladar las cantidades previstas.

El embalse de Alarcón puede sufrir un problema añadido, comenta Valero. Es posible que las aguas embalsadas en Alarcón deban liberarse durante los meses de verano para garantizar el abastecimiento de La Vega Baja a través del acueducto Tajo-Segura. A cambio, Tous podría recibir agua del Ebro durante los meses de invierno para compensar el volumen total previsto para la cuenca del Júcar. Pero Valero subraya que la calidad del agua del Júcar que se almacena en Alarcón no es comparable a la que se pueda detraer cerca de la desembocadura del Ebro, en la localidad de Xerta.

Una fuente oficial de la Consejería de Obras Públicas sugiere que la limitación temporal del trasvase estaba prevista en los primeros borradores del PHN y reduce el impacto de la enmienda formulada por el PP y CiU a una 'cuestión de matiz'. Pero Francesc Signes, miembro de la ejecutiva del PSPV, considera que la modificación que introduce el PP a remolque de una iniciativa de los nacionalistas catalanes demuestra que el proyecto del Gobierno se ha elaborado 'sin una previsión de la gestión real' de los recursos hídricos.

'Debían haberse estudiado las previsiones para armonizar los recursos disponibles en las distintas cuencas', comenta Signes. El dirigente socialista lamenta que se haya 'supeditado todo' el proyecto a la construcción de las canalizaciones, 'con los costes que comporta', sin haber garantizado previamente el caudal ecológico para mantener el delta del Ebro.

Según Signes, el PP se ha visto obligado a 'improvisar' una modificación que provocará un notable aumento de los costes de construcción del canal debido a las nuevas dimensiones exigidas por la limitación temporal del flujo de agua.También subraya cómo el plan alternativo propuesto por los socialistas 'no debía ser tan descabellado' cuando el PP se muestra dispuesto, ahora, a asumir una enmienda del PSOE que pretende flexibilizar las limitaciones introducidas al trasvase de aguas desde el acueducto Tajo-Segura hasta la región de Murcia.