Modernizar la monarquía

Como consecuencia del asunto Wessex se nos ha prometido una concienzuda revisión de las tareas y responsabilidades de los miembros de segundo orden de la familia real. Sea bienvenida, aunque sería deseable tener la esperanza de que sea la propia familia real la que lleve a cabo una reforma radical. Debería haber un debate sobre la modernización. Sería deseable, aunque ese debate es más incierto que quién llevará a cabo dicha modernización.

El Partido Laborista (el nuevo o el viejo) ha tenido siempre una actitud ambivalente hacia la monarquía. El asunto no se ha discutido en ninguna conferencia del partido desde 1923. Si, como se rumorea, hay varios miembros del Gabinete con simpatías republicanas, se han mantenido fuera de escena. El primer ministro es una hoja en blanco. (...) El único miembro del partido que ha hecho declaraciones (...) ha sido Alistair Campbell, portavoz de Blair. En variados artículos ha descrito (...) a la familia real como 'torpe... representante de muchas cosas erróneas de este país, con su sistema de clases, su obsesión por los títulos (...) y la arrogancia de un poder no elegido'.

Correcta o erróneamente, pocas cosas provocan mayores pasiones públicas que el futuro de la monarquía y la conducta de la familia real. El rechazo de la clase política a participar en el debate simplemente confirma la impresión de que Westminster está desvinculado de las preocupaciones verdaderas del país y está fracasando en su deber de examinar y vigilar el poder.

Londres, 10 de abril