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Reportaje:

Siglo y medio surcando los mares

El velero más viejo de la flota española se repara en Santa Pola para volver al agua como barco turístico y buque-escuela

Hace 150 años Cuba era una colonia española y un viaje entre Barcelona y Mallorca suponía dos jornadas completas de travesía. La ruta entre éstas dos ciudades era cubierta por veleros de unos 50 metros de eslora, al igual que el buque ibicense Rafael Verdera, que tras más de siglo y medio de vida, está siendo ahora reparado en los astilleros de Santa Pola. Uno de las misiones del Verdera fue comunicar las Islas Baleares con la península ibérica y la costa norte de África. Utilizado desde su botadura como barco de mercancías, su actual dueño, Mikel Arizmendi, vasco de 49 años, lo ofrece como barco turístico y buque-escuela.

El velero fue botado en el año 1841, concebido como un buque mercante y durante su vida ha sido reformado en innumerables ocasiones para adptarlo a los tiempos. A finales del siglo XIX era conocido con el nombre de Veloz y se encargaba de unir los distintos puertos de las islas Balerares. Pero los destinos de este velero eran con frecuencia mucho más lejanos, pues comunicaba a los isleños con Valencia, Barcelona, Marsella, Génova, Nápoles o Argel. Hasta allí llevaba mercancías que transportaba durante días e incluso semanas. Durante los años anteriores a la Guerra Civil, y siempre sin abandonar su condición de mercante, trasladaba muchos jóvenes isleños que partían en busca de nuevas oportunidades. En 1932 recibe su actual denomincació (Verdera) en memoria de uno de los armadores muerto en un accidente, desde entonces la embarcación limitó sus trayectos a unir Ibiza y Mallorca. En esa época de pobreza y escasez las mujeres de las islas decían: 'Quan vingui Sa Balandreta o tindrém',(cuando venga lo tendremos) a la espera de víveres. Su actual dueño lo adquirió por 'cuatro perras' el año 1985. Arizmendi encontró el viejo velero en Formentera, en un estado lamentable: 'Las rutas que hacía eran cada vez más cortas', explica Arizmendi. El Verdera tenía 150 años de vida, lo que lo convertía en el buque decano de la flota española. Desde su compra, el capitán vasco lo ha llevado a los astilleros cada año. Ahora el barco se encuentra en las instalaciones de Batasa, en el Puerto de Santa Pola. Llegó a la costa alicantina en el mes de marzo y su dueño espera levar anclas en junio. En los astilleros se le desguazarán las partes más deterioradas: 'la madera que se encuentra por encima de la línea de flotación y dos tercios de la popa. También se le instalarán dos motores, que sustituirán los anteriores, colocados en 1931. El Verdera tiene 22 metros de eslora y capacidad para 65 personas en trayectos cortos y doce para viajes largos.

La antiguedad del Verdera ha hecho de este barco el escenario perfecto para películas de época. El velero ha participado en cinco producciones cinematográficas, entre las que destacan La vida de Blasco Ibáñez 1996, dirigida por Luis García Berlanga, y Presence of mind 1999, título norteamericano en el que participan los actores Lauren Bacall y Harvey Keitel.

También las autoridades olímpicas quisieron rendirle en 1992 un homenaje muy especial. El Verdera se encargó de trasladar la llama olímpica desde la costa sudoeste de Palma hasta su capital, Ciudad de Palma. Un transporte centenario para una tradición milenaria.

Mikel Arizmendi, en Santa Pola, en la cubierta del <b></b><i>Verdera.</i>
Mikel Arizmendi, en Santa Pola, en la cubierta del Verdera.OLIVARES NAVARRO

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