Juicio a Milosevic
Si la historia la hacen los hombres y no sólo las fuerzas ineluctables, Slobodan Milosevic puede reclamar su papel estelar. Nadie ha contribuido tanto a moldear la historia de los Balcanes en los últimos 12 años y nadie ha hecho tanto para enfrentarse a un juicio histórico. El veredicto de la historia, sin embargo, queda demasiado lejos para los que sufrieron sus acciones. Quieren, y merecen, justicia. (...) Los cargos a los que se enfrenta Milosevic en Yugoslavia no son más que un epifenómeno de su cargo. Las acusaciones más graves son las de crímenes de guerra por las que muchos quieren verlo ante el Tribunal Internacional de La Haya.
No todos los yugoslavos están de acuerdo. El presidente Vojislav Kostunica dice que el Tribunal de La Haya está predispuesto contra Serbia y es de dudosa legitimidad. En realidad, el Tribunal de La Haya parece extraordinariamente imparcial. Es cierto que no ha perseguido a ningún líder de la OTAN por su participación en la campaña de bombardeos en Kosovo, pero, aunque la legalidad de la acción de la OTAN siempre pareció cuestionable, pocos abogados internacionales creen que pueda tacharse de crímenes de guerra.
Para que los Balcanes consigan en algún momento la estabilidad, Serbia necesita hacer algo similar a la desnazificación que tuvo lugar en Alemania tras la II Guerra Mundial, y los serbios tienen que reconocer, con honestidad, su parte en los horrores. El proceso es necesario, tanto por justicia como por la esperanza de que la historia no vuelva a repetirse. Pero este proceso debe celebrarse en La Haya.
Londres, 6 de abril
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