Caser, objeto del deseo
Grupos aseguradores pugnan por atraer a sus cajas de ahorro accionistas para conseguir acuerdos de distribución
En un momento donde las alianzas estratégicas entre entidades financieras son algo más que una moda, en torno al grupo asegurador Caser se vienen produciendo una serie de movimientos de gran transcendencia para el futuro de los negocios de seguros que gestionan las cajas de ahorro. Caser contaba a finales del año 2000 con un volumen de primas de 178.138 millones de pesetas, a los que sumará este mismo año 20.000 millones de pesetas más de MAAF Seguros y otros 18.000 de Sudamérica Le Mans. En el accionariado de Caser están presentes 36 cajas, pero los acuerdos a la hora de la distribución de su catálogo de productos amplía este número hasta las 42 entidades.
Apreciada por su gestión discreta y conservadora, en el accionariado de Caser se vienen produciendo altas y bajas continuas.
La aseguradora sopesa la posibilidad de permitir la entrada de nuevos accionistas en su capital
La esencia de esta empresa pasa por que al menos el 51% de su accionariado sea controlado por las cajas, lo que sobradamente se da en la actualidad, pero en previsión de futuro y buscando acuerdos de utilidad para sus actuales socios, se están incorporando nuevos accionistas. Así, el pasado 19 de febrero, una junta extraordinaria autorizaba una ampliación de capital de 28.000 millones de pesetas para que los grupos mutuales franceses MAAF y MMA se hicieran con el 20% de Caser. Por su parte, Caser asume el 100% del capital de la filial española de MAAF, especializada en seguros del automóvil, y además se hace con el control de otras dos filiales del grupo MMA en España, en concreto, con el 99,3% del capital de Le Mans Seguros y el 60% de Sudamérica Vida y Pensiones.
En el ámbito de las cajas de ahorro, las más grandes han optado por acuerdos con grupos aseguradores, como es el caso de La Caixa con Fortis, o de Caja Madrid con Mapfre. Para abordar el negocio asegurador, otras muchas cajas han optado por la constitución de una compañía de seguros de vida y de una correduría que da servicio en el resto de las modalidades de seguros.
Es en este ámbito donde se centran las prestaciones de Caser, que, en cambio, compite en el negocio de vida con las propias cajas y con Intercaser (grupo Skandia). Precisamente, esta entidad anunció recientemente la entrada en su capital de nueve cajas -algunas ya presentes en el accionariado de Caser-, que en teoría tomarán el 9% del capital. La operación aún no se ha materializado a pesar de que se trata de acciones bonificadas; el anuncio en falso revela la imperiosa necesidad de Intercaser por encontrar vías para la distribución de sus productos, y en eso se quiere contar con las cajas. Su matriz Skandia está dispuesta a invertir lo que haga falta para convencerlas de las excelencias de esta asociación y no ha dudado en pagar un lujoso viaje a la Patagonia a un numeroso grupo de ejecutivos de estas entidades.
En pura teoría, lo ideal sería que Caser e Intercaser volvieran a entenderse como lo hicieron antes de 1994. Sin embargo, ahora parece imposible, y más aún desde la irrupción de nuevos actores interesados. Mapfre ha mantenido conversaciones en las que insinuó un posible acuerdo de adquisición de una parte del capital de Caser, posibilidad que fue rechazada. Sin embargo, Caser se muestra receptiva hacia Mapfre a la hora de llegar a acuerdos en otras materias, como la constitución de una sociedad conjunta para abordar una gestión integral de la salud -que precisa grandes inversiones- o una posible colaboración en torno al portal de seguros y servicios que poseen Caser y Telefónica.
Otro actor en liza es el grupo británico CGNU, que, tras comprar el 50% de Aseval, la aseguradora del grupo Bancaja, por lo que se pagó 55.000 millones de pesetas, ha abierto una línea de colaboración en materia aseguradora con Caixa Galicia y avanza hacia un acuerdo con Unicaja.
Mientras estos movimientos se producen, en Caser se sopesa la posibilidad de otras opciones que no excluyen la entrada de nuevos accionistas en su capital.
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